P.O.V. Adriano. Sabía que este hombre no se negaría viendo esa cantidad de dinero, aunque ahora me está haciendo preguntas muy serias. —Está bien, pero antes de contestarte, dime, ¿qué pasó como para que te quieras divorciar de mi bella hija? —me preguntó y sé perfectamente bien lo que trama este hombre. Pero lo que no sabe es que también lo usaré a mi favor, no me importa a qué precio. —Le seré honesto, señor Mercier, porque tal vez su hija usé eso en mi contra, porque ella piensa que no me di cuenta de que sacó las grabaciones de mi computadora. —Hago una pausa a ver qué es lo que él me dice. —Mmm, ¿qué es lo que tenían esas grabaciones? —Primero que nada, como le dije, su hija me pidió el divorcio porque estoy más seguro de que ella tiene a un amante —veo que se queda callado con una expresión seria—. Y no se preocupe, no la mataré a usted. Su hija tuvo constantes encuentros con ese hombre, además de que se negó a dormir en mi cama, así que, como todo hombre con neces
Leer más