Capituló 34

P.O.V. Tania

Oír esa declaración de Adriano solo me causa más disgusto; salgo de la piscina cubriendo mi cuerpo mojado con una toalla y pensando con calma lo que ese orangután me acaba de declarar.

—Cómo es posible que no me diera cuenta de que Mia era virgen. Ahora entiendo por qué me preguntaba cosas tan extrañas —murmuró—. Eso era algo que no espera ahora Adriano; debido a eso está obsesionado con ella. Eso será un gran problema; debo de pensar algo para que no sean felices. Ya sé qué voy a hacer.

Tomo mi teléfono que está en la pequeña mesa de madera y me alejo de la casa lo más que puedo hasta llegar a la playa. Busco el número de mi prima y lo marco.

—Hola —escuchó su voz.

—Hola, prima, ¿dónde estás? —preguntó, fingiendo una voz desesperada.

—Estoy en el aeropuerto, estoy a minutos de despegar —le cuenta y eso me alegra—. ¿Ocurre algo? Adriano despertó.

—Si acaba de despertar y está como una fiera buscándote. Me exigió que le dijera tu paradero, pero no lo hice —mi
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