126. Encajar
126 Al amanecer, la luz se colaba tímidamente entre las cortinas y el primer reflejo hizo que Isabel despertara despacio. Cuando abrió los ojos, notó que estaba en su cama, arropada, y a su lado estaba Callum, con su brazo aún envolviéndola, profundamente dormido. Era raro verlo así, relajado y a su lado, algo que no ocurría con frecuencia. Recordó vagamente la noche anterior, la tensión, el dolor y las lágrimas que había derramado; sentir su cuerpo junto a ella ahora, casi la tranquilizaba… aunque sabía que necesitaban hablar. Un rato después, Callum comenzó a moverse, y en cuanto abrió los ojos y la vio despierta, esbozó una sonrisa leve y le acarició la mejilla. —Buenos días —murmuró suavemente. Isabel lo miró, aún con el peso de la incertidumbre en su rostro, pero le respondió en un tono apacible: —Buenos días —Hubo un silencio corto, pero significativo. —Hoy me tomé el día libre. Necesitamos hablar —Callum se adelantó a explicar su presencia en casa, adivinando sus p
Leer más