Todos los capítulos de EL CALOR DE SU PIEL: Capítulo 31 - Capítulo 32
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31. ESTA NOCHE TODO PUEDE PASAR
Después de dejar a Alexander en la casa del abuelo, me obliga a mantener la mirada fija en la ventana. Sé que mirar a Sebastián sería un error, y no necesito más distracciones. He estado tensa estos últimos días, y solo hay una cosa que podría aliviar esa tensión. Una sola mirada hacia él, y mi mente se llenaría de pensamientos que no deberían estar ahí. Jonathan tenía razón: Sebastián es un verdadero monumento de hombre.Cierro los ojos por un momento, pero las imágenes de ese sueño húmedo con él vuelven a invadir mi mente. No, ahora más que nunca, debo evitar mirarlo.¿Tendrá algún tatuaje escondido? ¿Y si lo tiene, dónde estará? ¿Marcará su piel alguna cicatriz que cuente la historia de un cuerpo tan perfectamente esculpido? La idea de que haya pasado por algo similar a lo de su primo me inquieta, pero aunque la curiosidad me arde por dentro, no me atrevo a preguntarle.El tráfico fluye inusualmente rápido, pero no tan rápido como la ola de calor que se enciende entre mis piernas a
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32. SIN PENSAR EN EL MAÑANA
Se están besando. El movimiento de sus labios es suave y sensual, y cuando por fin se separan, sus labios entreabiertos parecen llamarme, como si pidieran que le enseñe lo que es un beso de verdad, los estragos que soy capaz de ocasionar en su cuerpo con solo eso. Todos los hombres creemos saber de estos asuntos, pero yo... sé que puedo llevarla a un estado que ni siquiera imagina. Puedo darle lo que necesita, lo que nunca ha experimentado, y más. Mucho más.Miro al sujeto, y mi primer pensamiento es que ella es demasiado mujer para él. Necesita a alguien fuerte a su lado, alguien que no solo la proteja del mundo, sino incluso de ella misma en ocasiones. Alguien que sepa cuándo debe dominarla y cuándo dejarse dominar. No tengo idea de qué es lo que voy a hacer, pero indudablemente algo haré, y tendrá que ser esta noche.Estoy de pie en este balcón, mis manos aprietan con fuerza la baranda, tanto que siento que, si pudiera, la rompería. La rabia y el deseo me consumen. Tomo el celular
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