Todos los capítulos de Un matrimonio por venganza con la heredera engañada: Capítulo 31 - Capítulo 40
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31- La causa de su dolor
ValeriaEl sol de la tarde cae suavemente sobre mi cabello, iluminando el jardín en el que estoy jugando. Siento la calidez en mi piel mientras corro entre las flores, riendo, olvidando por un momento que hay adultos hablando cerca. Mi vestido de encaje blanco se mueve con el viento, y la risa de mis padres se mezcla con la brisa. Gira alrededor de mí, como un abrazo que no quiero soltar.De repente, lo veo. Un muchacho de cabello oscuro y ojos brillantes, de unos trece años, se acerca con una sonrisa que hace que mi corazón palpite de emoción. Lo reconozco al instante, y sin pensarlo, corro hacia él, sintiendo la felicidad burbujeando en mi interior.—¡Hola, principessa Fiore! —dice, su voz es suave y cálida—. ¿Me extrañaste?—¡Claro que sí! —respondo, lanzándome a sus brazos, sintiéndome segura y feliz—. No olvides que yo seré la Reina Rossi algún día, aunque no lo aceptes, estoy segura de que vamos a casarnos.Nuestras risas se mezclan con las de los adultos, y cuando giro la cabez
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32- Seguir el juego
32- SEGUIR EL JUEGOAlessandroDespués de haber descubierto que la mocosa era una espía, un m4ldito topo en mi casa, las cosas simplemente terminaron de ir en picada para empeorar mi mal humor.Justo cuándo estaba a punto de salir de la oficina para enfrentar a la mocosa, Matteo recibió una llamada del investigador en dónde le decía que ya había enviado todo lo que llevaba de la investigación a su correo, lo que hay ahí … es simplemente perturbador.Mis ojos no pueden separarse de la pantalla mientras leo una y otra vez la cantidad de atrocidades que le han hecho a la mocosa, no entiendo como su tía pudo hacerle eso.Para empezar la convirtió en su sirvienta privada y la castigaba quitándole la comida o dándole… azotes en la espalda con la correa cada vez que se atrasaba, lo cuál explica la obsesión de Valeria por terminar la lista de deberes que yo le dejaba.Y las cosas solo empeoran.Los reportes del colegio hablan de acoso escolar orquestado por su prima, golpes de compañeros y cit
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33- Su principessa
ValeriaLa visita del abuelo es algo que me ha tomado por sorpresa y por la mirada de Rosa me imagino que ella está igual.No puedo evitar acercarme a él preocupada al ver que nadie más ha aparecido a su lado, lo que significa que ha venido solo y con un respirador a cuestas.—Seño…Abuelo Rossi—corrijo, recordando que él me pidió que lo llamara de esa forma—¿Ha venido usted solo?El abuelo deja salir un resoplido al escucharme y mueve la mano en un gesto que trata de quitar importancia a mis palabras, pero puedo notar algo de agotamiento en sus facciones.—Todavía me queda algo de vida, cariño, no te preocupes.En eso Rosa aparece llevando un vaso de agua que no duda en tender al anciano que le regala una sonrisa antes de aceptarlo.—Gracias querida, aún me duele que te hayas venido con mi nieto en lugar de permanecer en la mansión.—Oh, señor Rossi, es que no podía dejar solo al joven, mucho menos después de todo lo ocurrido…Y ahí estaba nuevamente la mención de eso ocurrido, algo me
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34- Me mentiste
AlessandroLlego a la casa tan rápido como puedo y nada más hacerlo veo al chofer del abuelo en la entrada, lo que me hace saber que sigue estando aquí.Por el bien de la mocosa más le vale que no haya hablado de más, pienso mientras guió la silla de ruedas hacia la entrada.Nunca había tenido la cabeza tan revuelta como la tengo ahora, ni siquiera cuándo murió mi padre, pues en ese entonces me centré en la venganza y lo que haría con los culpables, sin embargo ahora toda la situación de la Fiore me tiene más alterado de lo que debería y no dejo de darle vueltas a las cosas.No puedo evitar pensar en que hay una gran posibilidad de que yo haya estado cazando a la persona equivocada todo este tiempo y eso me llena de rabia.Entro a la mansión y me sorprende no escuchar nada, por lo que empiezo a moverme hacia la cocina para preguntarle a Rosa en dónde está el abuelo cuándo el sonido de una risa me deja paralizado.Hace años que no escuchaba risa…Tratando de hacer el menor ruido posibl
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35- Mi lugar
ValeriaNo sé en qué estaba pensando cuándo dejé salir las palabras, pero ahora mientras veo como el rostro de Alessandro va pasando lentamente de la sorpresa a la rabia siento como el miedo empieza a crecer dentro de mí.Lo he hecho enojar.—¿Dónde demonios escuchaste eso?—me dice y puedo sentir la furia emanando de él, lo que hace que instintivamente retroceda y me odio por eso.Estoy cansada de vivir con miedo, de dejar que todo el mundo pase por encima de mi y tal ez es ese mismo agotamiento lo que me impulsa a contestar.—Nadie me lo ha dicho, yo… Yo lo he recordado. Te he recordado.No sé que es exactamente lo que esperaba ver en su rostro cuándo dijera esto, pero en definitiva no es el dolor que cruza sus ojos, ni mucho menos la forma en que aprieta su quijada, como si saber que lo recuerdo lo estuviera atormentando.—¿En serio?—me dice y su voz se ha convertido en una cuchilla afilada y cruel—¿Estás segura que recuerdas todo de mí o solo te has hecho una idea de que lo haces?T
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36- Eres mía
AlessandroNo sé por qué demonios lo hago, pero simplemente no puedo evitarlo y termino estampando mis labios contra los de la pri… la mocosa. JODER, LA MOCOSA.Sus labios están paralizados, pero cuándo ella jadea y los separa, no dudo ni un segundo en tomarlos con los míos y entonces todo se vuelve surrealista.Sus labios poco a poco se acoplan a los míos y la misma inexperiencia que muestra solo hace que quiera con más ansias marcarla como mía.Una de mis manos se aferra a su cintura y la otra va a su cuello para acercar aún más su rostro y en el instante en que ella pone sus manos sus manos sobre mí me siento tentado a levantarme de la m*****a silla y llevarle a la habitación y marcarla en todo el sentido de la palabra.Sin embargo, justo cuándo estoy a punto de ponerla a horcajadas sobre mí, ella me toma por sorpresa cuándo me empuja y por poco se cae cuándo se levanta de mis piernas. Sus mejillas están encendidas, sus ojos están dilatos, pero no solo por el deseo, sino por algo
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37- Arreglar a la novia
ValeriaNo dormí en toda la noche. No pude, por más que lo intenté. Una parte por el miedo que siento de saber que mi tía vendrá. Nunca sé que esperar, pues por más que he hecho lo que me pide para ella siembre hay un error en mis actos.Y por otro lado cada vez que cerraba los ojos, la imagen de Alessandro y su mirada oscura volvía a mí, como una sombra que no puedo apartar. ¿Cómo puede alguien ser tan cruel un momento y luego besarme como si realmente le importara? ¡No lo entiendo! Me siento atrapada entre lo que mi tía me ha dicho y lo que siento cuando estoy cerca de él. A veces creo que no es tan malo, que tal vez hay una parte de él que aún tiene algo de humanidad, pero luego me dice cosas que desgarran mi alma, que me hacen creer que todo lo que dice Emilia es cierto.Mis ojos arden por las lágrimas que derramé durante horas. Me siento tan confundida, tan perdida. ¿Qué es lo que realmente quiere Alessandro de mí? ¿Por qué a veces parece que le importa y luego… y luego me trata
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38. Se llama empatía
AlessandroVoy a casarme. No solo eso, voy a casarme con Valeria Fiore.La principessa…No puedo evitar mirar mi reflejo en el espejo de la habitación y pensar en el pasado. En ese tiempo en el que el matrimonio era una meta de vida y no el medio para un fin, pero entonces debo recordarme que ya no soy ese Alessandro.A ese joven lo traicionaron, machacaron y escupieron en un mundo que ya no se veía como antes y entonces me convertí en lo que soy.Sé que Emilia ya está en la casa, pues no hay nada que suceda en mi mansión que yo no lo sepa y saber que está con la mocosa ahora mismo hace que sensaciones contradictorias se formen en mi interior.¿Es una movida cruel? si, lo es. Pero ¿Es necesario? también, lo es y eso es todo lo que debe importarme.Dos toques en la puerta me hacen girar segundos antes de que la voz de Matteo se escuche desde el otro lado.—¿Puedo pasar?Casi quiero bufar al oírlo, pues en la empresa nunca pide permiso para una mierd4.—Adelante—le digo y la puerta se ab
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39- Reina Rossi
ValeriaMe veo por última vez en el espejo y trato de grabar la imagen en mi cabeza.El vestido que Rosa me trajo es hermoso, blanco, sencillo con encaje y un lindo escote cruzado que se ajusta a mi menudo cuerpo. Nunca pensé que pudiera verme tan… hermosa.Y aún así me siento como si fuera directo al matadero.Dejando salir un suspiro me giro y evito sobarme el brazo en dónde mi tía me maltrato hace un momento o el rostro que me duele horrores, sé que si lo hago solo la voy a molestar más. Para mi suerte Rosa está aquí.—Estoy lista—digo, ganándome una sonrisa de la mujer y un resoplido por parte de mi tía.—Ya era hora, hace al menos diez minutos que debimos haber bajado. No es cómo si pudieras darte lujo de hacer esperar al señor Rossi.Antes de que pueda decir algo, mi tía me agarra del brazo lastimado y tengo que morderme el labio con fuerza para no dejar salir el chillido de dolor que trepa en mi garganta.Con cada paso que doy siento como mi corazón late con fuerza y tengo que r
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40- Todo queda en familia
AlessandroMis ojos no se alejan del rostro de la mocosa que se ha puesto pálido al escuchar mi pregunta.No soy tonto, sé muy bien que su tía tiene que estar metida en el asunto, lo que no me explico es dónde demonios estaba Rosa si tenía ordenes explicitas de no dejarlas solas.—Mocosa, te estoy haciendo una pregunta—Le digo, pero antes de que pueda responder, el abuelo llega hasta dónde estamos con una enorme sonrisa en el rostro.—Valeria, cariño ¡Bienvenida a la familia!—le dice, antes de envolverla en un abrazo.Me doy cuenta que la mocosa por un momento se queda completamente paralizada, es casi como si las muestras de cariño le sorprendieran y odio la sensación que eso me causa.Veo entonces como poco a poco ella va levantando los brazos hasta que le regresa por completo el abrazos al viejo y podría jurar que tiene los ojos enrojecidos.—Muchas gracias, abuelo Rossi.Solo entonces el abuelo la suelta y posa sus ojos, grises e iguales a los míos, sobre mí.—¿Ya han pensado a dón
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