Emily.- El olor de esa tortilla me dejó muy mal, dejé todo mi estómago en el inodoro, limpio el sudor frío de mi frente, doy un último suspiro antes de salir, cuando abro la puerta Leandro estaba parado justo en el umbral, pegué un brinco del susto poniendo la mano en mi pecho.— Lina me dijo que te sentiste mal ¿Todo bien?— Sí, llevo días sin comer bien, además el estrés no ayuda –Le paso por un lado aun limpiando las comisuras de mi boca.— Uhm… en dos días contraeremos matrimonio –Me giró rápidamente con la sorpresa adornando mi rostro –Vendrá un equipo para te alisten, tengo un vestido precioso, lo saqué del vestier de Vanessa, creo que nunca se lo colocó, aún tiene la etiqueta, a ti te quedará mejor. –Suelta un sonrisa cínica.— ¿Cómo se supone que nos casaremos si tú y Vanessa siguen casados? Le pregunto tratando de dilatar ese momento. –Además yo también estoy casada.— ¡Ah! no te preocupes por eso, las uniones en esta organización son más simbólicas, con lo que somos nadie s
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