Todos los capítulos de LA AMANTE EQUIVOCADA. Entre el amor y la venganza: Capítulo 31 - Capítulo 40
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CAPÍTULO 31. Un lugar a dónde ir
CAPÍTULO 31. Un lugar a dónde irSoltar a Jerry solo fue un protocolo, solo para liberar el puño que se iba a estrellar contra su nariz y su cara una y otra vez, y Grayson no estuvo ni siquiera un poco más tranquilo hasta que vio la sangre correr por el rostro de su cuñado. Era como si una fuerza oscura lo animara, como si quisiera terminar con cuatro años de rabia de una sola vez.No le importó que sus nudillos sangraran, no le importó nada más que lastimarlo tanto como podía. Aunque sin duda la parte más satisfactoria fue empujarlo fuera del departamento y patearlo por el primer tramo de escaleras como si fuera un perro.—¡Quédate ahí para que la prensa te tome fotos, infeliz, que eso es exactamente lo que te mereces! —escupió, pero sabía que, por supuesto, Huxley se iría con el rabo entre las piernas y escondido, lo más posible, para que nadie le tomara fotos a su rostro deformado por los puñetazos.Grayson volvió de inmediato al interior del departamento, sosteniendo lo más suavem
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CAPÍTULO 32. El depredador perfecto
CAPÍTULO 32. El depredador perfectoGrayson solo la vio retroceder, tratando de tomar a la pequeña de sus brazos a pesar de que, evidentemente, ni siquiera tenía fuerzas para cargarla.—No... No, no, no, no —exclamó Serena con expresión asustada—. ¡No, yo no me puedo quedar aquí! ¡Nosotras no podemos quedarnos aquí!—Serena, este es el sitio más seguro que hay ahora mismo para las dos —la reconvino él—. Podría llevarte a un hotel o alquilar un departamento para ustedes, pero si la prensa está tras tu pista, cualquier guardia de seguridad, cualquier miembro del personal podría vender la información de tu paradero. Este es el sitio más seguro, y sé que ahora mismo no confías para nada en mí, pero te doy mi palabra de que no te voy a lastimar.—Es que ahora mismo no estoy pensando en ti, Grayson. ¿Te has puesto a pensar qué puede pasar si tu hermana viene? —lo interrogó ella, y él hizo un gesto leve de negación.—Anabelle jamás viene aquí, tiene su propio departamento al que escapar cuan
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CAPÍTULO 33. Extraños momentos
CAPÍTULO 33. Extraños momentosEra menos agresivo un “súbete el pijama” que un “desnúdate”, pero en la práctica no hacía mucha diferencia.Serena pasó saliva ante aquella orden, porque no importaba que viniera con él “por favor” adicionado, seguía siendo una orden y ella sabía que no tenía más remedio que obedecerla. Se subió la playera del pijama a la altura del estómago, sosteniéndola contra sus pechos, y contuvo el aliento mientras sentía las puntas de los dedos de Grayson recorrer su piel.Tenía la mirada clavada en algún punto a su derecha, si no hubiera notado la forma en que las pupilas del hombre frente a ella se delataban. El largo moretón de la caída no había desaparecido por completo, y los puntos de la herida de su operación todavía no habían sido retirados. Sin embargo aunque la cara de Grayson era realmente estoica, estaba haciendo hasta lo imposible para no estremecerse.Su toque era casi clínico, sus dedos bajaban despacio de costilla en costilla, presionando solo un p
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CAPÍTULO 34. Una mirada diferente.
CAPÍTULO 34. Una mirada diferente.Grayson respiró hondo porque estaba muy lejos de pretender hacerse el héroe, pero al menos estaba convencido de que no era el peor villano en aquella historia.—Solo estoy tratando de protegerlas —le dijo a Karina, y ella lo miró con una expresión condescendiente y lastimosa.—No, solo estás tratando de proteger tus propios intereses. Serena no es más que un instrumento para ti, y Meli tampoco. Así que puedes dejar caer la máscara, porque la realidad es que solo estás obligando a una mujer que lo único que quiere es alejarse de ti.Grayson empujó la puerta del departamento porque no estaba en ese instante interesado en meterse en ninguna clase de diatriba con Karina.—Ya aprenderá a confiar en mí —sentenció él, mientras a su espalda solo escuchó una risa cansada.—No, no lo hará. Las personas que han perdido mucho en su vida están acostumbradas a cubrirse a toda costa. Serena jamás confiará en ti, no puedes llegar a ella, solo puedes forzarla, como t
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CAPÍTULO 35. ¿Por qué no estaba feliz?
CAPÍTULO 35. ¿Por qué no estaba feliz?Grayson sabía que se merecía aquella desconfianza en todas las formas posibles. Lo verdaderamente extraño era que, si hacía solo unas semanas esa desconfianza lo hubiera halagado, y el hecho de que ella le tuviera miedo solo le hubiera provocado satisfacción; por alguna razón que no entendía, en ese mismo instante no fue precisamente eso lo que sintió.En medio del saloncito, Meli sacaba todos los juguetes, y eso le derretía esa pared que con tanto ahínco había erigido alrededor de su corazón. Sin embargo, frente a él, Serena solo estaba nerviosa, sin siquiera ser capaz de disfrutar de la felicidad de su hija.¿Y no era eso lo que quería precisamente? ¿Que ella no tuviera ni un segundo de paz, que ella pagara por todo lo que había hecho, que ella fuera profundamente infeliz? Entonces, ¿por qué demonios no estaba contento si era evidente que ya lo había conseguido?—Serena, no voy a cobrarte nada de esto de ninguna forma, por favor —gruñó entre di
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CAPÍTULO 36. Lo siento
CAPÍTULO 36. Lo sientoEn una fracción de segundo lo único que había quedado de Grayson Blackwell en aquella cocina era el rastro de su maldito perfume. Apenas eran unos metros, la piscina estaba cerca y él solo quiso que la tierra se abriera bajo sus pies cuando escuchó aquel grito en medio de los chapoteos.Ni siquiera se molestó en quitarse nada. El salto fue preciso, largo y poderoso, y para cuando volvió a sacar la cabeza ya llevaba por delante el cuerpo de Meli, que manoteaba asustada. Grayson no encontraba palabras para decirle que se calmara, solo alcanzó la orilla lo más rápido que pudo y la sentó en el borde, golpeando su espaldita mientras la nena escupía y soplaba toda el agua, antes de echarse a llorar del susto.Y para ser honesto él no estaba mucho mejor, sentía el corazón en la garganta, como si el miedo estuviera apretándosela a cada segundo, y cuando miró por encima del hombro de Meli, vio cómo Serena resbalaba contra el marco de la puerta, sentándose en el piso con
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CAPÍTULO 37. Exceso de demonios
CAPÍTULO 37. Exceso de demoniosEra simplemente insoportable. Podía culparla, eso sin dudas era más fácil, pero todavía no existía la mujer que fuera ni medianamente seductora con los ojos hinchados, la nariz roja y un pequeño rastro de mocos justo debajo. No había mujer en la Tierra en aquel estado que hubiera podido despertarle una erección a Grayson Blackwell, excepto esa que la vida le mandaba para desmentirlo.Serena estaba todavía temblorosa, tenía los labios rojos e hinchados de tanto apretarlos, y los de Grayson estaban a punto de ponerse así de tanto mordérselos... porque era eso o besarla. Ni siquiera tenía sentido que lo negara, no había una versión de Serena Radcliffe que no le provocara eso, que no lo llenara de deseo, que no lo hiciera querer estrecharla, besarla, devorarla.Abrió los botones del vestido uno a uno y le bajó los tirantes hasta que la prenda cayó alrededor de las caderas de la muchacha sobre el lavabo. Había un rastro de sangre sobre la herida lastimada y
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CAPÍTULO 38. Apoyo emocional
CAPÍTULO 38. Apoyo emocionalSerena apretó los labios porque lo que había dicho simplemente se le había salido sin pensar, y por supuesto que eso era malo porque Grayson Blackwell no era la clase de persona con la que pudiera darse el lujo de relajarse. Sin embargo también estaba segura de que intentar ocultárselo solo lo haría sentir mucha más curiosidad por eso.—Mi hermana y yo —respondió con la mayor calma que pudo acumular.—No sabía que tuvieras una hermana —murmuró él.—La perdí hace tiempo —contestó Serena tomando el vaso de su mano y bebiendo todo lo que quedaba—. No vale la pena hablar de eso —murmuró levantándose—. Será mejor que consigas la botella completa.Sin embargo antes de que pudiera marcharse Grayson la retuvo por el brazo.—De verdad lamento lo que pasó hoy. Te prometo que para mañana la piscina va a estar asegurada.Solo la vio hacer un gesto leve de asentimiento con la cabeza, y Serena entró a la casa mientras él se quedaba pensando en cómo demonios iba a cumpli
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CAPÍTULO 39. El problema era él.
CAPÍTULO 39. El problema era él.No se podía negar: Meli lo estaba disfrutando. Por supuesto que Serena no tenía cómo mantener una mascota, pero cuando todo aquello terminara, al menos sabía que su hija tendría a aquel perro para apoyarl… aunque su nombre le recordara demasiado al otro perro.Y tampoco se podía negar que ver aquellas dos cabezas asomadas en la puerta de la cocina era gracioso, así que solo se cruzó de brazos.—¿Cuál de los dos?—Llamé al más bonito —respondió ella y Grayson hizo una mueca.—Amigo, ahí te llaman —dijo palmeándole la cabeza alejándose mientras Serena le servía de cenar a Gray.Y si alguien dudaba de la inmensa conexión de un niño con su perro, baste decir que para cuando Serena se fue a dormir esa noche, se encontró con que su lugar en la cama ya estaba ocupado, y Meli abrazaba a Gray toda despatarrada.—Cuídamela bien, ¿de acuerdo? —le pidió y el animalito le lamió una mano con cariño.Serena respiró con cierto alivio y no le molestó en absoluto acurru
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CAPÍTULO 40. Maîtresse
CAPÍTULO 40. MaîtresseSerena no podía contener el miedo, no era extraño, simplemente no podía decirle por qué.—¡Eres un...! —Pero el agua estaba en su cintura—. ¡Eres un...!—Dame dos minutos —le pidió él mientras se hundían hasta el pecho y Serena ahogaba un jadeo.—¡Grayson!—Solo dejaré de cumplir con mi palabra por dos minutos... te lo prometo... —jadeó con una ansiedad en la voz que dejó a la muchacha impresionada y un segundo después aquella boca estaba sobre la suya.Podía resistirse, pero también podía hundirse. Podía morderlo... pero su cuerpo estaba tan rígido que era como si nada en ella respondiera, nada excepto sus labios.Aquello era horrible, terrible, peligroso, y aun así la resistencia de Serena murió en cuando aquella lengua se hundió en su boca, reclamando cada beso como si de verdad le pertenecieran. Sintió la pared de la piscina contra su espalda y la forma inquieta en que Grayson se apretaba contra ella.La había besado antes, o mejor dicho: la había castigado
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