Las manos del hombre tiemblan, el azul de sus ojos se vuelve más intenso, Helen sentía que podía desfallecer en ese mismo momento, sabe que puede alcanzar la gloria o condenarse a muerte, ambos se miran con tanta intensidad, entonces Maximus cierra los ojos por unos segundos, Helen no se movió, ni siquiera quería respirar, esperando alguna reacción del hombre, entonces él reacciona colocándose de pie. — Tengo algo que resolver ahora mismo, pero está conversación no termina aquí — claramente que a Helen aquella reacción le dolió, después de todo no esperaba que él se separe de ella, pero Maximus se aparta, ella siente la frialdad ante la distancia que Maximus toma, pero se mantuvo en calma, el hombre sale y ella solo tiene que ser fuerte, lentamente ella también se coloca de pie y abandona la habitación de monitoreo.Maximus cerró la puerta del despacho con un golpe seco, el eco reverberando en el silencio de la casa. Se dirigió al estante de madera oscura, donde una botella de whisky
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