Simone.Lavo otra vez el rostro, vuelvo a secarlo, el resultado es el mismo; párpados hinchados, nariz colorada, ojeras negras. Coloco cremas alrededor de las mismas, con esperanzas de mejorar mi aspecto antes de que Éline y Edmond me vean. No cené con ellos, me sentía demasiado indispuesta; no quería que vieran el estado deplorable en el que me encuentro. La primera sesión fue muy dura, contar todo a una completa extraña, lloré, temblé, en ocasiones mi voz ni siquiera salía de la garganta; pero a pesar de todo di el primer paso para recibir ayuda profesional. La doctora admite que el trauma es severo, pero que sin dudas podré superarlo poco a poco si sigo sus consejos. Es lo que más deseo, ser libre de tal terror, poder entregarme sin problemas al placer, a la intimidad junto al hombre que me gusta.Salgo del cuarto de baño, planeo descansar un poco la vista, pero la personita que espera en mi cama precisa que será imposible. Éline me sonríe ampliamente, trae su pijama rosa, y todo s
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