Los primeros rayos de sol se filtraban por las cortinas entreabiertas, iluminando la habitación con una luz suave y dorada, mientras Sanem apretó los ojos y trató de parpadear.Ella se removió un poco, despertó lentamente, y luego giró con cautela en la cama, tratando de no perturbar el silencio que reinaba en la habitación. Pero al hacerlo, su corazón se detuvo por un momento al darse cuenta de que Naim seguía acostado a su lado, respirando tranquilamente con un ligero fruncimiento en el ceño.De forma abrupta se sentó tapando su cuerpo con la sábana blanca mientras su corazón le latió como un martillo.El tintineo en su cabeza la sobrepasó, y rápidamente sintió el peso de la realidad, aplastándola mientras las imágenes de la noche anterior se agolpaban en su mente.El remordimiento la golpeó con fuerza, haciéndola sentir como si estuviera cargando el peso del mundo sobre sus hombros. Se levantó con cuidado, tratando de no despertar a Naim, y se envolvió en la sábana mientras sus pen
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