Luis José estaba ansioso esperando a que alguien abriera la puerta, se tronaba los dedos de las manos, se secaba el sudor de la frente, sus piernas temblaban, estaba demasiado ansioso por saber si realmente yo me encontraba viviendo allí. Hasta que de pronto escuchó los pasos de alguien que se acercaba a la puerta, eso provocó que su corazón comenzara a palpitar de forma acelerada, respiró profundo mientras trataba de controlarse, no tenía la menor idea de quién iba a abrir la puerta si Guillermo o yo. Hasta que la puerta se abrió lentamente y de pronto aparecí yo, a un llevaba puesto el vestido con el que había ido a la clínica, el mismo que Lola le describió, tenía el cabello suelto y mucho más largo que la última vez que él me vio. Me veía un poco más delgada, aunque mi apariencia era de una mujer sana, no puedo negar que durante los dos años que estuve viviendo con Guillermo, él se esmeró en mi alimentación y se preocupó de que nada me faltara. Pero lamentablemente no era una m
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