CAPÍTULO 109. ARREPENTIMIENTO...
Mateo, le pidió que le preparara una taza de leche caliente con muy poca azúcar para dar a su mujer y para él, un batido bien frío, pero sin leche. Esta, bajó de una vez, mientras él observaba el desgaste que ella sufrió al pretender castigarla.Este, se duchó, pero al buscar su ropa en el vestier no estaba. Por lo visto, ella había sacado de la habitación todas sus pertenencias. Él, respiró profundamente, buscó en el baño su pijama y se vistió.Al abrir la puerta del baño, observó que Gisela estaba colocando las dos bebidas que pidió, en una de las mesas de noche. Él, le ordenó que se retirara a dormir, que después bajará la bandeja. Encendió la luz y ella se movió. Este, se acercó con la taza de leche tibia, despertando suavemente y hablando al oído a su esposa.—¡Adriana, mi amor despierta! ¡Por favor, bebe esto! —Suplicó, ayudando a que ella se sienta en la cama. Sin embargo, estaba como desmayada.»¡Adriana, Adriana! Has un esfuerzo, mi amor —rogó él.—¡No, no, no puedo! —bal
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