Cherry tragó saliva con dificultad, el peso de la culpa no hacía más que aumentar, y asintió lentamente, con las lágrimas acumulándose en sus ojos.—Sí, así es: dudé —admitió, bajando la mirada hacia sus manos—. Lamentablemente, me enamoré de ese infeliz. Él siempre logró controlar lo que pensaba y, sobre todo, lo que yo hacía. Mi corazón me pedía que no lo traicionara, pero mi mente…, mi conciencia… —Soltó un largo y profundo suspiro, como si hubiera contenido el aliento por mucho tiempo—. Ya no puedo más, no puedo callar más todo lo que ha hecho y lo que yo he apoyado. Por amor, por estupidez, por lo que diablos sea… Sé que no merezco su perdón y no espero que lo hagan. Solo quiero intentar enmendar, aunque solo sea en parte, todo lo que él les ha hecho. Quiero ayudar a que se haga justicia, aunque yo también caiga con Joseph y Markus. Sin embargo, prefiero la oscuridad y la frialdad de una celda, antes que la oscuridad de mi conciencia.Logan, con los ojos todavía clavados en los d
Leer más