Cherry tragó saliva con dificultad, el peso de la culpa no hacía más que aumentar, y asintió lentamente, con las lágrimas acumulándose en sus ojos.—Sí, así es: dudé —admitió, bajando la mirada hacia sus manos—. Lamentablemente, me enamoré de ese infeliz. Él siempre logró controlar lo que pensaba y, sobre todo, lo que yo hacía. Mi corazón me pedía que no lo traicionara, pero mi mente…, mi conciencia… —Soltó un largo y profundo suspiro, como si hubiera contenido el aliento por mucho tiempo—. Ya no puedo más, no puedo callar más todo lo que ha hecho y lo que yo he apoyado. Por amor, por estupidez, por lo que diablos sea… Sé que no merezco su perdón y no espero que lo hagan. Solo quiero intentar enmendar, aunque solo sea en parte, todo lo que él les ha hecho. Quiero ayudar a que se haga justicia, aunque yo también caiga con Joseph y Markus. Sin embargo, prefiero la oscuridad y la frialdad de una celda, antes que la oscuridad de mi conciencia.Logan, con los ojos todavía clavados en los d
La mansión se encontraba sumida en una intensa e inquietante tranquilidad. Los gruesos muros, que normalmente eran un refugio seguro, ahora parecían contener el aliento.Tras la conversación con Cherry Wilson, Logan había desaparecido en dirección a su despacho, arrastrado por la urgencia de coordinar la operación más importante hasta el momento. Después de todo, Joseph y Markus, quienes llevaban meses escapando y escondiéndose, por fin parecían estar al alcance.Logan era consciente de que cada segundo era de suma importancia y que cualquier error, por mínimo que este fuera, podría costarles más que caro. Por esto, se había comunicado con Victor, quien se había contactado con los agentes del FBI y de la Interpol para verificar las coordenadas, las cuales, en efecto, llevaban hacia la frontera. Y todos esperaban que Joseph y Markus no les hubieran tendido una trampa a través de Cherry y se encontraran en otro refugio o, incluso, fuera del país por algún paso desconocido.Mientras él s
Cuando Logan regresó a la sala lo primero que vio fue la rigidez en la postura de Rachel, quien, como de costumbre, intentaba mostrarse tranquila, casi indiferente, pero él la conocía lo suficiente como para no ver las señales. Había algo diferente en sus movimientos, y algo en su expresión le indicaba que no estaba bien.—Rachel —dijo, acercándose a ella con pasos decididos—. ¿Qué sucede? ¿Estás bien?Rachel, instintivamente, alzó la mirada hacia él, forzando una sonrisa y asintiendo, casi demasiado rápido.—Nada. Estoy bien —dijo, con una voz sumamente firme, como si estuviera esforzándose por convencerse a sí misma tanto como a él—. Solo me siento un poco agotada. Me duele un poco la cintura, pero no es nada, tranquilo.Logan frunció el ceño, sin creerle.—Por favor, no me mientas —repuso en voz baja, preocupado—. Algo no anda bien, lo puedo ver en tu cara. Dime, ¿qué te pasa?Rachel tomó una profunda bocanada de aire y tragó saliva. Era consciente de que no podía ocultar por mucho
La noche se presentaba sumamente y las nubes bajas ocultaban cualquier rastro de luz, como si el mismo cielo estuviera conspirando para cubrir los pasos de Joseph y Markus. Sin embargo, el equipo en el que iban Logan y Rachel avanzaba en silencio por las oscuras callejuelas de tierra que conducían hacia el punto exacto que marcaban las coordenadas que Cherry les había dado, sin amedrentarse por la ausencia de luz.—Es allí —dijo Cherry, quien iba en el asiento trasero en un extremo, junto a Rachel y Logan, señalando en dirección a una cabaña bastante oculta entre árboles y matorrales.Uno de los agentes del FBI, quien conducía con la vista fija en la carretera, asintió indicándole que la había oído, mientras tomaba la radio y les informaba aquella constatación a sus compañeros. En tanto, Logan y Rachel intercambiaban una breve mirada, llena de temor y ansiedad. Todos sabían que aquella construcción no era una simple casa de campo, sino que pertenecía a la mafia, en donde Joseph y Mark
—Espérame aquí —repuso Logan, más suplicante que autoritario.—Me prometiste que te quedarías conmigo —repuso Rachel, comprendiendo de inmediato lo que pretendía.—Lo sé, pero… —Suspiró—. Solo déjame ir. No pasará nada. Te juro que procuraré mantenerme a salvo, pero necesito asegurarme de que ese enfermo no se salga con la suya.Rachel inspiró profundamente y lo miró directo a los ojos. No podía oponerse, pero así cómo él no quería que le pasara nada a ella y a su hijo, ella tampoco quería que le sucediera algo a él.—Ni siquiera tienes cómo defenderte —dijo con el ceño fruncido—. Sé que te pasa lo mismo que a mí, y quieres ser parte activa de esto, pero… —Suspiró, tomando su bolso—, no puedes ir desarmado.Acto seguido, sacó su arma y se la entregó a Logan.—¿Para qué la trajiste? —preguntó Logan, con el ceño tan fruncido que prácticamente formaba una V—. ¿Pensabas involucrarte? —inquirió con un tono lleno de horror.—No, jamás haría eso. Pero… quería estar preparada. Algo me decía q
Una hora más tarde. El ambiente dentro de la estación de policía era denso y opresivo, lleno de una tensión casi tangible que reflejaba a la perfección la intensidad de la persecución que se llevaba a cabo en la carretera, a varios kilómetros de allí.Rachel se encontraba sentada en una pequeña salita en compañía de Cherry, luego de que ambas fueran trasladadas allí por los agentes del FBI encargados de protegerlas, tras la huida de Markus y Joseph, la cual dio inicio a una complicada persecución. Los vehículos del FBI y de la Interpol, junto a Logan y Victor los seguían de cerca a través de una de las carreteras más peligrosas de las afueras de la ciudad.La mente de Rachel se encontraba dividida. Mientras una parte de su ser se sentía sumamente aliviada de que las contracciones hubieran desaparecido y de que el médico que había llamado el agente Roberts del FBI le hubiera hecho un ultrasonido descartando cualquier complicación, otra parte de su ser se encontraba sumida en la preocu
El motor del coche rugía mientras Victor, con el rostro endurecido por la concentración, mantenía el volante firme entre sus manos. Cada centímetro que los separaba de la camioneta de Joseph y Markus representaba una posible escapatoria y Logan no estaba dispuesto a permitirlo.Logan tenía la mandíbula apretada, mientras sus pensamientos oscilaban entre la misión que estaban a punto de completar y Rachel. Su promesa de volver a ella lo mantenía concentrado.Victor, con el ceño fruncido, aceleró. El Jeep de los fugitivos estaba a escasos metros de cruzar el río.—No pueden cruzar ese puente. Si lo intentan, podría colapsar y matarnos a todos —dijo Victor, sin apartar los ojos del camino, con la voz tan tensa como una cuerda a punto de romperse.Logan observó el puente a lo lejos, el cual se trataba de una antigua estructura de madera vieja y desvencijada. Era un riesgo, pero lo que estaba en juego era demasiado alto. No podían permitir que Joseph y Markus desaparecieran en el bosque, d
De regreso en la estación de policía…Rachel se había mantenido en silencio durante lo que le parecieron horas, mientras su mente viajaba constantemente hacia Logan, imaginando todos y cada uno de los posibles escenarios que se podían estar desarrollando en la carretera. La imagen de los disparos, las curvas traicioneras y el polvo levantado por los vehículos no dejaba de atormentarla. Pero, entonces, la radio en la estación crepitó, dando paso a la noticia que tanto había estado esperando.—Equipo Alpha a la base. Equipo Alpha a la base —oyó que decía la voz del piloto del helicóptero—. Joseph y Markus han sido capturados. La operación ha concluido con éxito. Repito, la operación ha concluido con éxito.Al oír esto, Rachel sintió que el mundo se detenía por un segundo. Su corazón, que hasta ese instante latía frenéticamente, se calmó casi en un segundo, inundándola de una poderosa sensación de alivio, tan profunda que se vio obligada a cerrar los ojos por un breve momento. El peso qu