MATÍAS ZANNIERYo no nací en cuna de oro, pero sí tenía un amigo con bastante dinero. Siempre me invitaba a sus fiestas, sin embargo, yo nunca accedía, no me agradaba compartir el mismo espacio que personas que parecían hacerme un favor permitiéndome respirar su mismo aire, pero al ser el cumpleaños de este amigo no tuve elección. Cuando estaba buscando la excusa perfecta para irme, un hermoso ángel de ojos azules y cabellos claros traspasó la puerta, rodeada de sus amigas. Usaba un vestido entallado y provocativo que la delataba como un demonio. No supe si fue la intensidad de mi mirada, pero atrajo a la suya. Se acercó con un contoneo seductor y cadencioso mientras me veía de pies a cabeza, una vez que estuvo frente a mí, me sonrió y en vez de burlarse de mí o criticarme, me invitó a bailar. Pensé que era un sueño hecho realidad, jamás me imaginé que enredarse con un hombre con menos dinero solo era un acto de rebeldía hacia su padre, eso lo supe después de haber salido con ella ca
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