-¡Pero si ya le conté todo en Las Vegas!-Te… te conté, recuerda, por favor – reprendió cariño Daniel – además no puedes haberme contado diecisiete años de vida en unas horas…-¿Quiere… quieres que te cuente todo? – preguntó divertida-Todo, absolutamente todo, quiero saber todo de ti…- bromeó también DanielPero no hizo falta, pues a Débora no le costaba demasiado hablar de su vida, al contrario, le encantaba recordar aspectos de su infancia, le habló de su familia, las travesuras de muchachos junto a los otros niños hijos de jornaleros como ellos….., El la escuchaba con atención, y volvía a reírse divertido con las anécdotas que le contaba. Historias que se vieron interrumpidas por la presencia del mayordomo pidiendo permiso para retirar la mesa y ofreciéndose a traer postre.-¿Tenemos helado José? - preguntó sin pensar con una sonrisa que llenaba su rostro completamente relajado.-No lo creo señor, no acostumbramos a tener, de todas formas, preguntaré en la cocina – respondió u
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