—Eh, no lo sé, la vida en Nueva York no es como se pinta en la películas. Ya sabes, el ajetreo y las mañanas son terribles, casi nunca consigo taxis para ir a la universidad, y eso que me despierto temprano para poder llegar diez minutos antes al campus, sin embargo todo es...—Si, si entiendo a lo que te refieres, pero, lo que quise preguntar es, ¿De quién huyes?Frunzo el ceño.—¿D-de qué hablas? —titubeo llevándome un mechón de cabello tras mi oreja. —Sabes de lo que hablo Annie, no soy tonto. Algo o mejor dicho, alguien es el motivo de que tú estés aquí, ¿o me equivoco?Bajo la mirada a mis manos para no tener que verle a la cara cuando le diga la verdad, algún día pasaría esto, pero es obvio que no estoy preparada para contarle de mi vida. —No tiene importancia —me limito a responderle. —¿Por qué habría una razón? Soy una mujer cansada de la vida cotidiana que muchas veces es estresante y quise venir de vacaciones a disfrutar, ya está.No sé por qué siento miedo de decirle la v
Leer más