Llevaba más de dos semanas acompañando a Antoine a recorrer la ciudad. A pesar de los intentos de Said para mantenerme ocupada en la empresa al enterarse de que saldría con Antoine, no pudo encerrarme y mucho menos obligarme a hacer lo que él quisiera. Ya no sé cómo dejarle saber que entre el francés y yo no hay nada, solo es un amigo. Pero no, las veces que he intentado explicarle no me escucha.¡Agh! Es tan frustrante.Así que decidí esperarlo para conversar con él, ojalá funcione esta vez, de lo contrario no sabría que otra cosa hacer.Escucho la puerta abrirse, me incorporo del sofá y observo a Said ingresar al living, se sorprende al verme allí. Muerdo mi mejilla con nerviosismo, su presencia intimidante aún sigue teniendo ese efecto en mí, tiene una mirada tan profunda que me hace sentir frágil a su lado.—¿Podemos hablar? —hace amago de marcharse pero lo detengo. —solo será unos minutos, no te quitaré mucho tiempo.—Bien, dime.Su actitud cortante duele, odio que se comporte as
—¿Llegamos? —pregunto por milésima vez.—No.Resoplo.—¿Cuánto falta? —Annie, sé paciente ¿Sí? —ruedo los ojos que se encuentran cubiertos por un pañuelo negro que huele a él.—Bien —respondo de mala gana.Comienzo a tararear una canción que suena, la melodía es pegajosa. Muevo mi trasero en el asiento al ritmo de la música, escucho la risa de Said y me lo imagino burlándose de mí.—Algo te tenía que salir mal, eh.—¿Ah? —inquiero confundida.—Cantas fatal, es peor que un concierto de los asiáticos estos, ¿Cómo es que se llaman?—Si dices BTS te golpearé. —amenazo.Suelta una carcajada.—En mi opinión, cantan horribles. —le lanzo un golpe en el brazo pero logra esquivarlo. —eres muy agresiva.—Y tú un ignorante que no sabe de talento —ataco.—Ajá, claro. —siento el auto detenerse.—¿Llegamos?—Sí. Espérate, te ayudaré a bajar —se baja y a los segundos toma mi mano.Salgo del auto, Said posa su brazo alrededor de mi cintura asegurándose de que no vaya a tropezar con mis propios pies.
Llevaba días planeando cómo iba a remodelar la galería, le había dicho a mis seguidores que las pinturas y fotografías que publicaba ahora estarían en físico y podrían obtenerlas en la inauguración que se realizaría el jueves. Estaba emocionada, aún me costaba creer que fuera la dueña de lo que tanto soñé de pequeña, si mis padres estuvieran vivos estarían orgullosos de mí. Bajo a la cocina que está mucho más silenciosa de lo normal, me extraña que los empleados no hayan venido hoy, al menos que Said les dijera que tomaran el día de hoy. En fin, tendré que preparar el desayuno y debo apresurarme para no llegar tarde a la galería.Haré tostadas francesas con huevos revueltos, bacon y tortitas americanas. Además de un buen café y zumo de naranja, a Said le fascina esta comida. En menos de diez minutos tengo todo listo, lo emplato y coloco en una pequeña bandeja para llevárselo a su habitación.Subo los escalones con cuidado de no tropezar, a veces puedo llegar a ser tan torpe que me da
—Recuerdo que cuando desperté no era yo, me sentía sucia, asqueada de mí misma. Tenía pesadillas, antes de lo sucedido las tenía debido al accidente de mis padres, vivir en esa casa era un infierno. Nunca les conté a ellos lo que había pasado, así que debía actuar indiferente ante aquel hombre que visitaba a mis tíos. Las veces que se encontraba lo evitaba a toda costa, no salía de mi habitación saltándome las comidas, estaba muy delgada y el poco brillo que tenía se había apagado, las ganas de seguir viviendo eran nulas. Por eso una noche en la cual me encontraba sola en casa, sufrí un ataque de pánico, y lo peor es que ese hombre se hallaba allí. —los recuerdos vienen a mi mente, llevo el corazón a mil por horas, un dolor en el pecho aparece trayendo consigo el temor de revelar esta parte de mi vida que me hace vulnerable. —no sabía que hacer, presentí que algo malo sucedería, y no me equivoqué. Él pudo ingresar a mi habitación, sus intenciones eran perversas lo podía ver en su mira
La pantalla de mi móvil se enciende, reviso de quién se trata el mensaje que me acaba de llegar, un escalofrío recorre mi cuerpo al leer lo que dice.Desconocido: Eres una estúpida por creer que nunca daríamos contigo, no sabes lo que has causado con tu huída. Atente a las consecuencias Annie Palmer.No necesito saber el nombre de la persona, sé claramente que es el tío Braxton. El miedo reaparece, esa sensación de paz se ha esfumado con un mensaje, aunque me diga a mí misma que no debería temerle y más bien enfrentarlo, por otro lado tiene tanto poder que le sería más fácil ganarme, como siempre.Pido la cuenta, ya se me quitó el apetito, siento unas náuseas terribles, espero que el camarero traiga la cuenta, le pago y salgo de la cafetería rumbo a la mansión. Decido avisarle a Said que me marché debido a un malestar de estómago, detengo a un taxi y subo al auto dándole la dirección al chófer.Observo la ciudad por la ventanilla, el olor que desprende el fuerte perfume del chófer me
—¡Annie! ¡Llegaremos tarde! —me coloco los aretes y salgo lo más rápido que mis pies me lo permiten. Said se encuentra enfundado en un traje negro que le asienta como un guante en su musculoso cuerpo. Verlo de esa manera es tan hipnotizante que es inevitable no observarlo con detenimiento, alza la mirada y esboza una sonrisa que hace que pierda la poca cordura que tenía. —Estás hermosa —susurra en mi oído mientras posa su mano en mi cintura atrayéndome hacia él. Comienza a besarme el hombro descubierto, sus caricias despiertan las mariposas en mi interior. Sus labios suben a mi clavícula y reparte beso en la zona baja de mi cuello, echo la cabeza hacia atrás dándole acceso. Sin embargo recuerdo que debemos estar en menos de veinte minutos en una importante reunión de empresarios, así que me alejo unos centímetros y alzo una ceja.—Ah-ah, alto allí vaquero. Resopla.—Bien, vámonos antes de que me arrepienta de no haberte besado como quería. —da media vuelta caminando hacia la puert
POV. SaidSalgo de la ducha, el agua fría no ha borrado aquellas imágenes de mi mente. ¿Cómo pudo hacerme algo así? Después de todo lo que hice por ella, al menos merecía saber la verdad. Pero no, prefiero jugar con mis sentimientos sin importarle nada, eso es lo que fuí para ella, la única opción que tenía apareció justo cuando más la necesitaba. Fuí su salvavidas del momento, no obstante enterarme de la razón por la que se encontraba en Dubái me hizo ver que me utilizó y lo peor es que me enamoré perdidamente de una mujer que ya tiene dueño. Suelto un suspiro frustrado.Tuve que apagar el móvil para que no me llame, sin embargo quisiera que llegara y me explicara que es mentira lo que me dijo aquel imbécil. Aún me cuesta creer que es su prometido, pero verlos allí juntos en la misma cama, verla a ella, la mujer que se robó mi corazón y también lo destrozó en mil pedazos, es difícil de procesar. De pronto escucho unos golpes en la puerta, me incorporo y cuando abro la veo allí. Cu
Liam intenta acercarse a mí, pero lo alejo, le doy una mirada fulminante y salgo corriendo de la cocina tropezando con el culpable de todo. —¡Eres un imbécil! —vocifero deteniéndome a poco centímetros de su rostro. —¡Vas a pagar todo lo que me has hecho! Su rostro se contrae, tiene la mandíbula tensa, a comparación de él soy una débil chica que no debería estar haciendo esto, no en mis condiciones. No sé en qué momento ha levantado la mano y abofeteándome. —No me faltes el respeto mocosa malagradecida, si no...—¿Si no qué? ¿Me vas a volver a golpear? Vamos, hazlo de nuevo, eres tan poco hombre que tú esposa te ha engañado todo este tiempo en tu propia casa. —escupo furibunda.—¡Cállate de una vez por todas! —hace el amago de estrellar su mano en mi mejilla, cierro los ojos esperando el golpe pero no llega.—Si le pones una mano encima te las verás conmigo —esa voz hace que abra los ojos. Sus ojos se encuentran fijos a tío Braxton, nunca lo había visto de esta manera, su mirada est