Parte 2. Capítulo 22. Medidas extremas
Dejó el delantal en el gancho y tomó su bolso al tiempo que soltaba la cola en la que tenía atados los cabellos. Se paró delante del espejo y suspiró, muy profundo. Con frustración se miró las ojeras y los ojos achicados por el cansancio.No había dormido nada la noche anterior. La rabia por la desaparición de Javier y el temor por haber escuchado la voz de Jairo en la calle la mantuvieron despierta.Sacó su cepillo y comenzó a peinarse. No comprendía si lo que había en su corazón era temor, furia o simplemente, decepción. Quería dormir, olvidarse del mundo, de la amenaza de Jairo y, sobre todo, del idiota de Javier.Había pasado otra mañana sin tener noticias de él. Ella le había enviado mensajes de texto a su teléfono durante la noche y no recibió ni una sola respuesta.Se sentía estúpida, ¿por qué esperaba por él? ¿Cómo había sido capaz de entregarse a un sujeto que apenas conocía?Porque eso fue lo que había sucedido, se entregó. En aquel acto le dejó parte de su alma, sus sentimi
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