Parte 2. Capítulo 16. La pesadilla.
El escenario había cambiado. Ahora la selva estaba llena de vida, verde y húmeda, repleta de sonidos.Pero además, había un olor asfixiante: a madera quemada, a destrucción y a maldad, aromas que se mezclaban con el salitre del mar.Apartó con las manos una cortina de vegetación y observó la edificación que se erguía frente a ella, envuelta entre maleza y con las paredes rasgadas por el deterioro. El techo había desaparecido casi en su totalidad.Los dos pisos de cemento, con ventanales amplios, balcones de estilo colonial y gruesas columnas, estaban marcados por el fuego.La puerta de entrada se encontraba hecha pedazos en el suelo. Las polillas, gusanos y otros insectos se comían los restos.Caminó hacia ella y atravesó el portal adentrándose en una habitación desolada, poblada de vegetación y animales rastreros, hasta llegar a lo que una vez fue un patio elegante con piso de piedra, jardines exóticos, fuentes y bancos de hierro forjado.Todo había sido destruido y la selva reclamab
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