Parte 2. Capítulo 35. Pasión
Horas después, Isabel y Jesenia se encontraban recostadas en una amplia cama de suaves edredones. La media noche se marcaba en los relojes de sus teléfonos móviles.Luego de la visita a Baudilio, Javier la llevó a la playa para reunirse con sus amigos, intentaron pasar una tarde agradable, pero Isabel no paraba de hablar sobre las pesadillas y lo que le había dicho el líder.Durante la noche cenaron con William. No obstante, los chicos debían encontrarse con el resto de los guerreros en la cosecha y averiguar sobre la pérdida de parte de sus materiales de trabajo, por eso a ellas les tocó quedarse en casa, analizando en soledad todo lo ocurrido ese día.Ninguna de las dos podía conciliar el sueño. Isabel estaba recostada boca abajo, abrazada a la almohada y con la mirada fija en la luna que se mostraba a través del ventanal, y Jesenia tenía la vista clavada en el techo de madera, con la mente sumergida en recuerdos.—¿Viste al moreno alto que salió junto a Javier y Deibi de las bodega
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