La mañana transcurrió rápida, después de regresar de la terapia fui con Jane al spa donde nos hicieron un relajante masaje, luego nos metimos a un jacuzzi y el sauna. También nos fuimos de compras por las calles de Nueva York, nos volvimos locas y desesperadas por comprar un montón de ropa. Y ahora ya hemos llegado al apartamento con los pies un poco adoloridos, como ni Jane ni yo queremos hacer la cena, pedimos hamburguesas que llegarán en unos minutos.Voy a la habitación para ducharme, me despojo del vestido y dejó caer el chorro de agua caliente en mi piel, relajándome al instante. Luego de ducharme, me dirijo al clóset en busca de una cómoda ropa para colocarme, escojo un overol enterizo de tela de algodón. Me visto y peino mi cabello con los dedos, salgo de la habitación hacia el living, estoy por sentarme cuando escucho unos golpes en la puerta; es el chico de las hamburguesas. Le doy su propina e ingreso nuevamente al living.—¡Jane, las hamburguesas llegaron! —grito informánd
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