25

Ha pasado una semana desde la perdida de mi bebé, Luca ha estado llamándome y enviando mensaje de texto, todo los he ignorado. No quiero hablar con él, en este momento estoy tan frágil, necesito estar sola.

Sussan ha sido de gran apoyo para mí, viene a verme para saber cómo estoy, pero también me ha dado mi espacio. Aún no le he dicho que estaba embarazada, estoy reuniendo las fuerzas para poder contarle.

Unos golpes en la puerta interrumpe mis pensamientos, me levanto del sofá para ir a abrir. Giro la perilla de la puerta y encuentro a Luciano y Sussan.

—Hola ¿Podemos pasar? —Sussan pregunta alzando una bolsa de tiramisú.

—Sí, adelante —digo con una sonrisa de boca cerrada.

Ingresan al apartamento, se sientan en el sofá y les ofrezco algo de beber. Niegan diciendo que vienen de comer en algún restaurante cerca.

—¿Cómo has estado? —pregunta Luciano con preocupación.

—Mal —respondo tajante.

Luciano me mira y me analiza, voltea a ver a Sussan y habla de nuevo.

—Sé que debe ser difíci
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