Pasaron tres días en completa calma. Mar había enviado a las sombras, las abejas y en el último momento, también a las arañas, para encontrar a Sophie. Mientras tanto, algunos lobos salían todos los días buscando a Sophie o alguna señal que ella hubiese podido dejar, y Esteban... no había despertado, pero confiaba en su avance y en los diagnósticos porque... ¿qué mas podía hacer?.— Tu bebé está perfecto, Emily. — me dijo Julián con una sonrisa. Estaba mirando la pantalla del ecógrafo, en la que junto con un brebaje especial que me había dado, podía ver un punto negro: al parecer, éso era mi hijo, aunque a mi me parecía una mancha sin forma.— Te creo pero... parece una mancha deformada. ¿Estás seguro de que eso es mi hijo?Julián se rió.— Totalmente seguro, Emily.Desvié la mirada a Esteban, que seguía inconsciente en la cama.— Ojalá él pudiera verlo. Seguro que le hacía mucha ilusión. — dije con un suspiro.— Lo verá, Emily, no te preocupes. Estoy imprimiendo todo el proceso para q
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