Acababa de elegir mi ropa cuando Emily salió del baño. Sentí una oleada de deseo que logré controlar gracias a la fuerza de Roy, aunque no pude evitar comérmela con la mirada, de pies a cabeza, haciendo que ella se ruborizase. "Quiero arrancar esa toalla, arrastrarla a la cama y no salir de la habitación en todo el día. ¿Cómo puede ser tan tentadora?" — le pregunté a Roy."No lo sé, pero no creo que lo haya hecho de forma intencionada. Debemos controlarnos".— Emy... si no quieres que te arranque la toalla y te arrastre a la cama por lo que queda de mañana... por favor, no salgas así. Soy un hombre enamorado excesivamente débil a tus encantos.— Pero mi ropa está aquí. — me dijo ella ruborizada.— Lo sé, el problema soy yo: me vuelves loco. — dije agarrando mi ropa y metiéndome en el baño antes de hacer realidad mis palabras.Después de arreglarme la barba, me duché y salí vestido a la habitación. Me sorprendí de ver aún a Emily, esperándome, aunque me gustó que lo hiciera.— Es que.
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