Despierto y siento el olor a biscochos, miro en esa dirección y noto una pequeña mesa que tiene una pava eléctrica y un mate, al lado una canastita con mis biscochos favoritos. Lisandro me hace reír, incluso en Inglaterra los ha conseguido. Suspiro antes de buscarlo en la cama, sin embargo, al notar que no está me invade un vacío.Trato de ponerme de pie, pero me cuesta. Estoy muy cansada después de todo lo que hicimos. Tomo mi móvil y veo la hora, calculo la diferencia de horario y solo puedo enviarles un mensaje a los chicos. Seguramente están ocupados o ya se están por ir a la cama. No puedo creer que pasé un día entero en esta habitación acompañada de Lisandro. Sonrío, me siento feliz, él me hace feliz. Tanto es así que temo enloquecer de amor por él.Veo los mensajes en mi móvil y me doy cuenta de que mi contacto me ha escrito. Al parecer, yo tenía razón, fue Paula la que tomó su coche y se lanzó contra mí el día del accidente. Paul ocultó todo para que yo no me enterara y ella d
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