Pasan unos días y recupero las fuerzas, me dan de comer y beber agua. Paul por suerte no ha aparecido, y ya no estoy en el sótano. Sin embargo, le hago caso a Miryam, quien me está cuidando, y permanezco con los ojos cerrados todo el tiempo que puedo para que crean que duermo. Ella incluso me da de comer en la dirección contraria a la cámara para que no se vea el plato, y cuando hace los registros dice que comí menos.Sin embargo, el día que supuestamente Miryam me va a ayudar a salir de ese lugar llega Paul. Parece estar furioso cuando entra a la habitación. Miryam no sabe qué hacer y yo menos. Paul no deja de maldecir con papeles en las manos.—Sal de aquí —le dice a Miryam, y ella trata de poner una excusa para quedarse.—Señor Morris, su esposa, está empezando a comer. ¿No le parece que sería mejor conversar después? —pregunta ella nerviosa.—Sal de aquí —le dice Paul y le apunta con la pistola en la cabeza.Ella se marcha sin poder hacer nada. Mientras que yo no tengo cómo defend
—Las rosas tienen espinas —le digo mientras me hace un control—. No creo que Anastasia deba cambiar. Encontrará buenas personas en algún momento. Solo debe protegerse, aprender a protegerse.—¿Ya te hicieron la tomografía? —me pregunta el doctor Pavel y niego con la cabeza—. Tienes muchos golpes, si estás embarazada es posible que algún coágulo complique tu evolución. Es importante descartar sangrado interno. Así que les pediré que se apresuren.—Pensé que embarazada no podían hacerme una tomografía —digo y él me explica que, en mi caso, y por la cantidad de golpes que tengo, es necesario—. ¿Qué le hará al bebé?—El primer trimestre es el más vulnerable —me dice, pero no responde a mi duda.—¿Puedo perder a mi hijo? —pregunto con angustia.—Voy a hacerte algunas preguntas —dice sin responder a lo que pregunté, de nuevo.Después de contarle que este sería mi cuarto embarazo y que solo pude tener a Philippe y a Arthur a término, me pide que no me preocupe. Según él, haremos todos los co
Después de que fuimos a rescatar a Kiara y no la encontramos, sentí que mi cuerpo se debilitaba. Envié a todos los que pude para que la busquen. Mientras Nino y yo revisábamos las cámaras para tratar de encontrar la dirección en la que ella se había marchado. Sin embargo, lo que vi ahí me dejó paralizado. Paul tenía una carpeta en la computadora, con el nombre de Kiara. En ella estaban todos los videos en los que aparecía.—Lisandro, cálmate —me pide Nino, quien está viendo lo mismo que yo.—Voy a asesinarlo —susurro sin poder dejar de ver como ese maldito, la lastimó y la torturó durante el tiempo que la tuvo cautiva.—Ahora hay que encontrar a Kiara. Él ya está capturado —me dice y le pido que quite su mano de mi hombro.Salgo con los demás para buscar a Kiara, cuando se hace de noche y aún no la hemos encontrado me empiezo a desesperar. Después de regresar a la mansión donde la tenían cautiva me llega un llamado de mi hermana.—Kiara está en el hospital —me dice y el alma me regres
Estoy nerviosa, sé qué han pasado al menos tres meses desde que Lisandro anunció su compromiso con la señorita Amy Romero. Me sorprendí al saber que era la hija de la médica que me ha atendido durante este último tiempo. Ella y su esposo han sido muy amables conmigo, ambos son los mejores neurocirujanos del país. Y aunque la doctora González trabaja principalmente con niños, aceptó tomar mi caso después de saber que estaba embarazada. —¿Estás segura de que quieres hablar con él? —me pregunta Pavel. Él se ha vuelto un gran apoyo para mí durante los últimos meses junto a Anastasia. Estar lejos de mis hijos me hace mal, pero ellos parecen muy felices en la academia, por lo que intento ser fuerte. Ahora que tengo el control total de la revista, he pensado en mudarme a la isla, a la casa de Alma y manejar todo desde ahí, para poder estar más cerca de mis hijos, pero aún me quedan algunos pendientes. Alma incluso me dio referencias para contratar guardaespaldas, ya que Paul sigue libre.
—¿Sabes que tres niños se quedarán sin padres si me matas? —me pregunta Paul después de que le di la segunda paliza.—Arthur y Philippe ya me dijeron que tú no les importas. Si tienes otro hijo con alguna de tus amantes es problema tuyo —espeto, mientras lo vuelvo a tomar de la camisa para golpearlo.—¿No has visto a Kiara? Mi amada esposa al fin me dará una niña —dice riendo, es un maldito enfermo. Le pego una patada y cae al suelo.Hace tres días que lo estoy golpeando y dándole el suero para que se recupere y no termine muriendo. Aun así, no he conseguido que me diga nada de Sergey. Solo me molesta diciendo estupideces de Kiara. Parece que quiere que lo asesine.—¿Te concentras tanto en mí que te olvidaste de ir a verla? —pregunta Paul desde el piso—. No… No es eso. Seguramente te obligaron a dejarla. ¿Vas a renunciar a ella por ser un Li? Eso sí que es gracioso.—Arráncale las uñas y rómpele los dedos —le pido a uno de mis empleados y salgo de la celda. Escucho los gritos de Paul
Lisandro me detiene y me toma de la nuca, me obliga a levantarme y es él quien empieza a llenar mi cuerpo de besos. Dejo que baje el cierre de mi vestido, y mientras lo hace acaricia mi espalda, el calor de su piel me recorre e inunda todo mi cuerpo. Mis pezones reaccionan a su contacto. Él los toma con su boca y los besa con suavidad, aunque mi cuerpo lo siente con una intensidad que había olvidado. Amo a este hombre, lo deseo, y lo admiro. Ahora comprendo que lo que hizo fue por protegerme y me siento mal por orillarlo a esto. No puedo estar con él si una pistola va a estar en la cabeza de mis hijos por el resto de su vida. Aun así, no puedo evitar desear que esta noche me tome en sus brazos y me haga sentir por última vez eso que nos hace especiales. Nuestros cuerpos se funden en un abrazo intenso, como si quisieran recuperar el tiempo perdido, en un último intento desesperado de retener lo que una vez tuvimos. Nuestros labios se chocan en un beso cargado de nostalgia; sin embargo,
—Escuché que Alma viene a quedarse a la isla para tener a su bebé —dice Tania mientras desayunamos. Mi padre no responde y sigue mirando el periódico en su tableta.—¿Por qué vendría aquí a tener a su hijo? —pregunto cuando Amy se acerca a la mesa a desayunar.—Buenos días —dice ella y se sienta a mi lado.—Al parecer Alan estará aquí por unos negocios con tu padre y ella quiere que su hijo nazca y que su esposo esté presente. Así que como no podrá seguir viajando, prefiere quedarse aquí —comenta Tania. Sé que su sonrisa esconde algo detrás.—Podríamos ir a visitar a tu hermana. Aún me quedan unos días de vacaciones antes de tener que regresar al hospital a trabajar en el nuevo proyecto —comenta Amy.—Prefiero que no. Alma no nos recibirá bien —indico, pero Amy insiste por lo que le soy claro levantando el tono de voz—. Dije que no.Sé que si Alma está aquí tal vez también haya venido Kiara. Aunque desde la última vez que estuvimos en contacto le prometí no seguir vigilándola. Le pedí
Mi hermana acaba de dar a luz. Se ve tan feliz al lado de su esposo que los envidio. Desearía poder abrazar a Kiara del mismo modo. Sin las preocupaciones de tener que liderar a estos malditos empresarios. Mi móvil suena, es mi amigo y ex cuñado, Fausto. Me pide que vaya a verlo con urgencia. Por lo que debo dejar a mi hermana y a Kiara. Esta última me queda viendo cuando digo que debo marcharme. Sé que nos debemos una charla y pronto volveré, aun así, me cuesta dejarla sin poder darle al menos un beso. Delante de otros debemos fingir. —Cuñado —dice Fausto y lo abrazo.—Lamento lo de la otra vez —le pido disculpas.—Según sé, no te arrepientes, ya que al fin pudiste estar con tu chica. Así que no te preocupes —me pide y sonríe en complicidad, aunque yo no le he contado nada. Fausto es esa clase de persona que sabe todo de todos. Tiene contactos en todos lados—. Aunque sé que se complicaron las cosas entre ustedes.—Ni me lo digas, no sé qué es lo que voy a hacer. Paul arruinó mi vida