Lucio fue la culminación de la obra maestra de Sergey, yo había sido expuesto al virus y Kiara había sido manipulada por él en su laboratorio, lo que acortó su vida considerablemente. Aun así, si las cosas no funcionaban como él esperaba seguiría, ya que la clave estaba en mi padre. El hombre que quería acabar con él tenía el mismo ADN que su padre, compartían un 99.99% sin ser parientes, algo poco probable. Y fue por eso, que creó un clon de papá, por si no resultaba que Lucio fuera genéticamente idéntico a su hermano, tenía pensado usar a mi padre como su nuevo conejillo de indias.Cuando mi hijo nació, se aseguró de tener a Kiara en sus manos, para poder colocar en el recién nacido, información sobre sus investigaciones. Manipuló la mente de mi hijo, para estar seguro de que se parecería a su hermano. Sin embargo, no salió como esperaba. Ya que Zack, Nino y yo llegamos antes de que pudiera transferir completamente los datos.—Entonces, ¿Lucio tiene los recuerdos del hermano de Serg
PrólogoLa vida del señor Li ha sido una montaña rusa de poder, pasión y peligro. A lo largo de cinco novelas, hemos seguido sus intrincadas relaciones amorosas y su inmersión en el mundo oscuro de la mafia. Sin embargo, ahora nos adentramos en una nueva fase, donde la atención se desplaza hacia su hijo, el heredero de su imperio: Lisandro, también conocido como Junior para su madre.Nacido en cuna de oro, Lisandro lo tiene todo a su disposición. Poder, riqueza y mujeres caen a sus pies con facilidad, pero ninguna ha logrado borrar de su mente a la primera chica de la que se enamoró. Ella lo persigue como un fantasma, recordándole que ninguna otra mujer será suficiente para llenar el vacío que dejó en su corazón.Por otro lado, encontramos a Kiara, una mujer aparentemente feliz en su matrimonio. Su esposo y sus dos hijos le brindan todo lo que cree merecer, pero un encuentro fortuito con el señor Li le hace cuestionar su conformidad. Aunque no comprende por qué el señor Li se fijó en
Lisandro Li, empresario reconocido por ser el heredero de varios imperios en la industria y medicina. Sus padres Lisandro Li y su madre Camila…—Fabiana, ¿recuerdas el apellido de la madre del CEO? —pregunto mientras busco entre mis apuntes.La mujer a mi lado, de cabello negro y curvas pronunciadas, que lleva gafas y un vestido floreado me mira molesta.—Debes ordenar tu escritorio, Kiara, es un desastre —me reclama. Mientras mira entre sus apuntes.—Tú eres ordenada y, sin embargo, no lo tienes —insisto para que se apure. Sé que no debo ser así, pero me gusta verla enojarse. Fabiana es una gran amiga, nos conocemos desde hace más de diez años cuando empezó a trabajar en la revista, la cual está dirigida por mi esposo, aunque pocos aquí saben que él está casado conmigo. Preferimos mantener nuestra vida privada fuera de la boca de los empleados, sobre todo porque muchas veces culpan a su esposa por su mal humor. Siendo que no hay mujer más comprensiva que yo para ese hombre. Aunque d
Conseguí la entrevista con el hombre del momento después de un par de altercados. Sin embargo, ahora me encuentro frente a él en un living amplio y elegante, con unas tazas de té preciosas, de color malva y con pétalos de flores dibujados en ellas, sobre la pequeña mesa del centro.—Desea beber algo caliente. Sé que afuera hace calor, pero parece estar temblando. Si quiere puedo hacer que enciendan la calefacción —me dice en un tono amigable.—No se preocupe por mí, sé que su tiempo es valioso, por lo que me gustaría comenzar con la entrevista —digo y él asiente mientras se sirve una taza de té para sí mismo y luego una para mí, pese a mi negativa.—Dígame, ¿cuáles son sus preguntas, señorita Montiel? —dice mientras busco mi bolígrafo para tomar notas.—Deme un segundo más y comenzamos —le respondo sin verlo. ¿Puede ser que me lo olvidara en la oficina?—¿Necesita algo? —me pregunta con impaciencia. La estoy jodiendo de nuevo. Me empiezo a poner nerviosa. —No, es solo que… —digo y re
Bajo a la recepción y me devuelven mi identificación. No sé ni en qué momento me la pidieron. Salgo fuera del hotel y el coche de mi esposo está esperando. Su chofer abre la puerta y me permite entrar. Mi marido está al teléfono y no me presta atención. Vamos de camino a casa cuando nota que mi cabello está suelto y me pregunta por qué lo llevo así.—Hola, creo que sería lo primero que deberías decirme después de colgar —le digo y meto mi móvil en mi bolso.—¿A caso te arreglaste para ver a ese tipo? —me reclama y pongo los ojos en blanco.—¿De qué estás hablando? Tu secretaria se olvidó de decirme que adelantaron la reunión y tuve que correr por el tráfico para no llegar fuera de horario. El calor me tenía loca, por lo que me compré un agua y me la tiré encima. Me até el cabello con una lapicera, ya que esta mañana no me diste tiempo a nada porque tenías una reunión a primera hora —espeto sin siquiera mirarlo. No estoy de humor para sus celos baratos, cuando nunca me presta atención.
Cuando salimos de la dirección tomo la mano de mi hijo y delante del señor Li y el pequeño León le pido a Philippe que se disculpe con él, pero se niega. Mi hijo es demasiado terco. Por lo que le pido de nuevo que se disculpe con su compañero y vuelve a negarse. Sin otra opción, me pongo de rodillas frente al pequeño.—Mamá, ¿qué haces? —me pregunta Philippe incómodo al ver que hay personas a nuestro alrededor.—León, soy Kiara, te pido perdón en nombre de mi hijo. Si él fue agresivo contigo frente a una demostración de cariño de tu parte es porque no soy una buena madre y no lo he criado como corresponde. Así que en nombre de mi hijo te pido que me perdones —digo y el niño sonríe levemente y asiente con la cabeza.—Mamá, no tenías que hacer eso —protesta mi hijo y me pongo de pie.—Gracias, León, por ser tan comprensivo —digo ignorando a Philippe.—Mamá, te estoy hablando —me reclama mientras me dispongo a salir de ese sitio.Philippe me sigue y me demanda mientras caminamos. Trato d
El señor Li y yo estamos hablando y sin darnos cuenta traen la comida. Por lo que debemos dejar las preguntas abandonadas. Los niños comen mientras nosotros compartimos un momento de tranquilidad en la mesa. Sé que será el último de la noche, porque cuando llegue a casa terminaré discutiendo con Paul. No entiendo que es lo que le ocurre y porque se comporta así últimamente. Es como si los niños y yo fuéramos una carga para él.Finalmente, luego de cenar, el señor Li y el pequeño León nos despiden en la puerta del ascensor. Los niños quedan en verse otro día antes de la partida del señor Li del país y yo le agradezco la invitación. En la puerta del hotel nos espera su chofer quien nos lleva hasta casa. En el coche los niños van discutiendo, porque Arthur quiere ser amigo de León, pero Philippe no lo deja. Cuando llegamos a casa bajan y corren a la puerta. Al entrar me encuentro con Paul en el living bebiendo whisky, los niños saben que una discusión se aproxima por lo que suben a sus d
Salgo del hotel aun con la cara roja por la vergüenza. No puedo creer que soy tan tonta como para pensar que el señor Li puede querer algo conmigo. El único que se interesa en mí es mi esposo y de una manera ridícula. ¿Cómo es que ha resultado ser tan descarado como para ponerme un virus en mi móvil?De camino a casa le pido al chofer si puede detenerse en una tienda. El hombre me dice que el señor Li le pidió que me lleve a donde yo quiera y que a la vez me espere si se lo pido. Incluso en eso es mejor que mi esposo. Aun no entiendo que diferencia pudo tener con sus esposas, es el hombre soñado por cualquier mujer.Me compro otro móvil y como no puedo usar mi correo electrónico para pasar los números al nuevo, lo hago de la forma antigua y los paso uno por uno. Por suerte no tengo tantas personas importantes en mi vida como para estar mucho tiempo haciéndolo. Al llegar a casa ya he terminado. Por lo que le agradezco al chofer del señor Li que me haya traído y tras bajarme le pido que