«Todo está oscuro, hace frío y tengo miedo. ¿Dónde estoy? ¿Por qué no puedo ver? Solo recuerdo que Lucio estaba en la cama conmigo, y luego Kiara me pidió que cuidara de nuestro hijo, y al despertar él ya no estaba».—¡Lucio! Lucio, ¿dónde estás? —pregunto al bajar de la cama, salir de la habitación y llegar al pasillo.—Papá, ¿qué te ocurre? —me pregunta León, y detrás de él aparece Amanda.—¿Lucio está con Tania? —pregunto desesperado.—Tania y papá me dijeron que estaba contigo. ¿Qué pasa? ¿Por qué no me dijiste que había un clon de papá? —me pregunta ella reclamándome.—¡Lucio! ¡Sergey viene por él! —grito, y Amanda comprende todo. Ella toma su móvil y marca al personal de seguridad. León y yo comenzamos a correr por la villa buscando a Lucio y advirtiendo al resto.—Anastasia, ¿haz vito a Lucio? —pregunto mientras continúo caminando por el pasillo.—Sí, estaba con la cocinera que mandaron de remplazo. Creo que el señor Dionisio estaba con ellos —dice mi hija, bajo las escaleras
—Regresaste —dice la niña y abraza a mi padre.—Debía arreglar algo. Gracias por cuidar de él —responde papá.—¿Le dijiste a mamá que la amo como te lo pedí? —pregunta la niña de no más de doce o trece años. Mi padre le dice que sí, que Tania sabe cuánto la ama y que le agradece por todo.—Papá, ¿qué es todo esto? —pregunto, y siento un extraño calor en mi pecho, aunque el sitio donde estamos parece fresco.—Li, es hora de que vuelvas —dice mi padre, regresando a donde yo me encuentro y tomando mis manos. Parece feliz, pero aun no comprendo la razón.No puedo asimilar que es lo que sucede. Mi mente parece confusa, como si mis pensamientos estuvieran enlentecidos.—¿A dónde? ¿Quién es ella? —pregunto, y papá la abraza.—¿No le has contado de mí? Salvé tu vida, y tu hijo no me conoce —reclama la niña, aunque parece estar bromeando ya que ambos sonríen. —No le hagas esto, no generes en él más dudas. Sabes que si se queda más no podrá volver a casa —responde mi padre, y ella lo suelta y
Lucio fue la culminación de la obra maestra de Sergey, yo había sido expuesto al virus y Kiara había sido manipulada por él en su laboratorio, lo que acortó su vida considerablemente. Aun así, si las cosas no funcionaban como él esperaba seguiría, ya que la clave estaba en mi padre. El hombre que quería acabar con él tenía el mismo ADN que su padre, compartían un 99.99% sin ser parientes, algo poco probable. Y fue por eso, que creó un clon de papá, por si no resultaba que Lucio fuera genéticamente idéntico a su hermano, tenía pensado usar a mi padre como su nuevo conejillo de indias.Cuando mi hijo nació, se aseguró de tener a Kiara en sus manos, para poder colocar en el recién nacido, información sobre sus investigaciones. Manipuló la mente de mi hijo, para estar seguro de que se parecería a su hermano. Sin embargo, no salió como esperaba. Ya que Zack, Nino y yo llegamos antes de que pudiera transferir completamente los datos.—Entonces, ¿Lucio tiene los recuerdos del hermano de Serg
PrólogoLa vida del señor Li ha sido una montaña rusa de poder, pasión y peligro. A lo largo de cinco novelas, hemos seguido sus intrincadas relaciones amorosas y su inmersión en el mundo oscuro de la mafia. Sin embargo, ahora nos adentramos en una nueva fase, donde la atención se desplaza hacia su hijo, el heredero de su imperio: Lisandro, también conocido como Junior para su madre.Nacido en cuna de oro, Lisandro lo tiene todo a su disposición. Poder, riqueza y mujeres caen a sus pies con facilidad, pero ninguna ha logrado borrar de su mente a la primera chica de la que se enamoró. Ella lo persigue como un fantasma, recordándole que ninguna otra mujer será suficiente para llenar el vacío que dejó en su corazón.Por otro lado, encontramos a Kiara, una mujer aparentemente feliz en su matrimonio. Su esposo y sus dos hijos le brindan todo lo que cree merecer, pero un encuentro fortuito con el señor Li le hace cuestionar su conformidad. Aunque no comprende por qué el señor Li se fijó en
Lisandro Li, empresario reconocido por ser el heredero de varios imperios en la industria y medicina. Sus padres Lisandro Li y su madre Camila…—Fabiana, ¿recuerdas el apellido de la madre del CEO? —pregunto mientras busco entre mis apuntes.La mujer a mi lado, de cabello negro y curvas pronunciadas, que lleva gafas y un vestido floreado me mira molesta.—Debes ordenar tu escritorio, Kiara, es un desastre —me reclama. Mientras mira entre sus apuntes.—Tú eres ordenada y, sin embargo, no lo tienes —insisto para que se apure. Sé que no debo ser así, pero me gusta verla enojarse. Fabiana es una gran amiga, nos conocemos desde hace más de diez años cuando empezó a trabajar en la revista, la cual está dirigida por mi esposo, aunque pocos aquí saben que él está casado conmigo. Preferimos mantener nuestra vida privada fuera de la boca de los empleados, sobre todo porque muchas veces culpan a su esposa por su mal humor. Siendo que no hay mujer más comprensiva que yo para ese hombre. Aunque d
Conseguí la entrevista con el hombre del momento después de un par de altercados. Sin embargo, ahora me encuentro frente a él en un living amplio y elegante, con unas tazas de té preciosas, de color malva y con pétalos de flores dibujados en ellas, sobre la pequeña mesa del centro.—Desea beber algo caliente. Sé que afuera hace calor, pero parece estar temblando. Si quiere puedo hacer que enciendan la calefacción —me dice en un tono amigable.—No se preocupe por mí, sé que su tiempo es valioso, por lo que me gustaría comenzar con la entrevista —digo y él asiente mientras se sirve una taza de té para sí mismo y luego una para mí, pese a mi negativa.—Dígame, ¿cuáles son sus preguntas, señorita Montiel? —dice mientras busco mi bolígrafo para tomar notas.—Deme un segundo más y comenzamos —le respondo sin verlo. ¿Puede ser que me lo olvidara en la oficina?—¿Necesita algo? —me pregunta con impaciencia. La estoy jodiendo de nuevo. Me empiezo a poner nerviosa. —No, es solo que… —digo y re
Bajo a la recepción y me devuelven mi identificación. No sé ni en qué momento me la pidieron. Salgo fuera del hotel y el coche de mi esposo está esperando. Su chofer abre la puerta y me permite entrar. Mi marido está al teléfono y no me presta atención. Vamos de camino a casa cuando nota que mi cabello está suelto y me pregunta por qué lo llevo así.—Hola, creo que sería lo primero que deberías decirme después de colgar —le digo y meto mi móvil en mi bolso.—¿A caso te arreglaste para ver a ese tipo? —me reclama y pongo los ojos en blanco.—¿De qué estás hablando? Tu secretaria se olvidó de decirme que adelantaron la reunión y tuve que correr por el tráfico para no llegar fuera de horario. El calor me tenía loca, por lo que me compré un agua y me la tiré encima. Me até el cabello con una lapicera, ya que esta mañana no me diste tiempo a nada porque tenías una reunión a primera hora —espeto sin siquiera mirarlo. No estoy de humor para sus celos baratos, cuando nunca me presta atención.
Cuando salimos de la dirección tomo la mano de mi hijo y delante del señor Li y el pequeño León le pido a Philippe que se disculpe con él, pero se niega. Mi hijo es demasiado terco. Por lo que le pido de nuevo que se disculpe con su compañero y vuelve a negarse. Sin otra opción, me pongo de rodillas frente al pequeño.—Mamá, ¿qué haces? —me pregunta Philippe incómodo al ver que hay personas a nuestro alrededor.—León, soy Kiara, te pido perdón en nombre de mi hijo. Si él fue agresivo contigo frente a una demostración de cariño de tu parte es porque no soy una buena madre y no lo he criado como corresponde. Así que en nombre de mi hijo te pido que me perdones —digo y el niño sonríe levemente y asiente con la cabeza.—Mamá, no tenías que hacer eso —protesta mi hijo y me pongo de pie.—Gracias, León, por ser tan comprensivo —digo ignorando a Philippe.—Mamá, te estoy hablando —me reclama mientras me dispongo a salir de ese sitio.Philippe me sigue y me demanda mientras caminamos. Trato d