Otra semana fue tragada por el tiempo, pero esta, a diferencias de las demás, no había sido improductiva.Severiano decidió aumentar las dosis de los brebajes que le suministraba a Tania. Ya no lo hacía una vez al día, sino dos, y tenía pensado hacerlo también por las noches. La chica se mostraba más activa y parlanchina, la energía se le había multiplicado y él temía que aquello le despertara los instintos atrayendo a sus enemigos. Además, escuchaba en el pueblo rumores sobre la presencia de personas extrañas en la región. Unos decían que eran visitantes, otros, comerciantes que evaluaban los productos que cosechaban para luego adquirirlos. Él no confiaba en esas suposiciones. Si se trataba de gente relacionada con Supra Corp debía impedir que ubicaran a su nieta.Mientras se ocupaba de eso, Tania tenía sus propios asuntos que atender. Su abuelo salía a diario de casa, tardaba entre tres y cuatro horas fuera, momento que ella utilizaba para conocerse y entrenarse. A escondidas del an
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