Celeste creía que su elección sería mejor, sin embargo, ¡no esperaba que Enrique le hizo una pregunta así! ¿Por qué un hombre como él se metió en chismes tan personales? Además, ella no podía responder esa pregunta porque no había contado… ¡Tampoco podía responder a ese tipo de pregunta frente a tanta gente!—En serio, ¿cuántas veces lo hicieron? Seguro que Lorenzo tiene un aguante impresionante, ¿verdad? —dijo Enrique con una sonrisa maliciosa.La mirada intensa de Lorenzo se clavó en las orejas de Celeste, y en sus ojos se dibujó una sonrisa traviesa. De repente, el ambiente se volvió tenso y Celeste podía sentir cómo la mirada de Lorenzo la acechaba desde atrás, incluso sin necesitar voltearse… Mordió un poco los labios y decidió:—Prefiero aceptar el castigo.Enrique se quedó muy decepcionado:—No, pero, amiga, así no tiene gracia. Lorenzo, ¿la ayudas a responder?La mirada penetrante de Lorenzo se posó en Celeste, y la hizo nerviosa de inmediato. Temiendo que él respondiera en ser
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