Celeste nunca había conocido en persona a la madre de Jacob, solo había oído hablar de ella a través de él. El padre de Jacob falleció temprano, y su madre lo había criado a él y a su hermano mayor con mucho esfuerzo. Para ganar dinero, su madre había trabajado en empleos muy difíciles, lo que había afectado su salud, y la condición se empeoraba en los últimos años.En realidad, Celeste no culpaba a Jacob. Sabía que cada persona tenía sus propias decisiones y, una vez que se tomaba una, se debe asumir la responsabilidad.Jacob siempre había pensado que si le explicaba la situación a Celeste, ella entendería su dilema y lo perdonaría. ¡Pero nunca se imaginó que las cosas resultarían así!—¿¡Celeste, ¿cómo pudiste rechazarme?!Jacob miró fijamente a la figura alejándose y se apresuró a acercarse, pero en ese momento, un auto rojo se detuvo junto a él. La puerta del auto se abrió y una joven vestida con un elegante vestido rojo, con un maquillaje impecable y una figura impresionante, sali
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