—Señor Vargas, tome esta copa —Celeste levantó una copa de vino y se la pasó a Lorenzo.—Pero, amiga… ¿Solo le estás dando vino en esta oportunidad tan perfecta? —exclamó Enrique con un tono travieso. Esperaba que Celeste pudiera hacer alguna pregunta interesante. Sin embargo, la reacción de Celeste lo decepcionó mucho.—Puedes pedirle un auto, una casa, dinero, todo lo que quieras —comentó Leonardo burlonamente. Después de todo, en su opinión, Celeste era sólo una cazafortunas.Celeste no se enojó, sólo le respondió:—No los necesito. Sólo quiero que el señor Vargas tome esta copa.Enrique, con los ojos brillantes, exclamó de repente:—¡Ah, ya entiendo, Celeste! ¿Estás tratando de emborrachar a Lorenzo a propósito al darle vodka?Celeste se quedó un poco sin palabras y se dio cuenta de que le había dado accidentalmente a Lorenzo una copa de vodka más fuerte. Se sintió extremadamente avergonzada al instante porque nunca había tenido esa intención. —Fue un accidente, déjame cambiarla p
Leer más