「 ✦ NO TE CREAS LA SEÑORA ✦ 」Cuando Sophia bajó las escaleras, Santino ya los estaba esperando. El hombre sentado en su silla de ruedas no dejaba de ser atractivo, y ella no pudo evitar detallarlo. Llevaba un antifaz que cubría casi todo su rostro, sin embargo, los apetecibles labios estaban a la vista, y se demoró demasiado tiempo en ellos.«¿Qué te pasa, Sophia? ¡Deja de mirarlo y termina con esto de una buena vez!» Se regañó a sí misma.Sin embargo, sus ojos curiosos no obedecieron; siguió mirando y se detuvo en los guantes de cuero, asumió que seguramente las llamas habían quemado también sus manos. Siguió mirando y, cuando finalmente sus miradas se encontraron, vio los ojos más hermosos que jamás hubiera visto, eran de un azul casi verdoso, y estos hicieron que su corazón se agitara y que su estómago se tensara.Era un hecho: él la ponía nerviosa.De repente, Ángelo soltó su mano y corrió hacia él.― ¡Papi! ―gritó el pequeño, sentándose en su regazo. ― ¡Cumpliste tu promesa, has
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