Capítulo 21. Un dios griego
Cuando llegaron a la mansión, ya había pasado bastante tiempo desde que habían cenado, por lo que ya no había nadie que los atendiera, además él no sabía si su esposa había cenado en casa de su amigo, ese chico era un vago consumado.– ¿Ya cenaste?–No.–Me lo imaginé, vamos a la cocina a ver que se puede preparar.– ¿Pero quién va a cocinar?–Yo lo haré.Kaia lo miró como si le hubieran salido dos cabezas, el gran Vincenzo, jefe del gran conglomerado Leonardi, iba a cocinar para ella. No lo podía creer, aunque lo fuera a ver con sus propios ojos.– ¿Sabes cocinar?Kaia habló con una voz muy baja, sorprendida de que su esposo supiera cocinar, era como si estuviera viviendo en un mundo paralelo.–No soy el mejor chef, solo te puedo preparan un sándwich de lo que haya.–Muy bien, sorpréndeme con tu arte culinaria.Entraron a la cocina, Vincenzo, se quitó el saco, tomó el delantal y se lo puso con elegancia. Ella recordó cuando la primera noche él se quitó la ropa delante de ella. Eso hi
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