Dasha Leonardi, estaba siendo ignorada y humillada delante de todos por completo, Kaia no iba a darle el gusto de que la siguiera señalando, como si ella fuera una delincuente, por lo que compró el auto que le había gustado y ya ni siquiera haría esa prueba de manejo, se llevaría el auto que acababa de comprar.–Muchas gracias por la compra señorita Paidousi. Fue un placer haberla atendido, estamos siempre a sus órdenes.Kaia tomó las llaves del auto y las hizo sonar delante de la cara de Dasha, la humillada había sido otra. Aunque en un comienzo había decidido echarse para atrás en cuanto esa mujer había llegado, se iba muy satisfecha.– ¡Esto es el colmo!Dasha no se pudo aguantar más, esa mujer estaba siendo tratada como a una reina, y a ella la habían ignorado rotundamente.–Lo sentimos mucho, señorita Dasha.Ni el vendedor, ni el director querían que ahí hubiera una pelea, por algo que ya se había vendido.–El placer ha sido mío, volveré pronto. Ahora sí puede atender a esta clie
Kaia quería evitar a toda costa llegar a la mansión Leonardi, no le quería ver la cara a Aitana, ya con lo del desayuno había tenido suficiente.–Es espectacular, es como ir manejando sobre las nubes.–Vamos al mejor restaurante de la ciudad, te invito a cenar.Al llegar al restaurante, todos notaron el extraordinario vehículo del que se bajaban, era la edición limitada el que se había puesto en exhibición el día anterior. Desde luego que costaba una fortuna y solo los más adinerados lo podían tener.De hecho había una lista de personas que querían el vehículo, y ese chico había llegado conduciéndolo, todos se preguntaban quién era, pero algunos reconocieron a la fea esposa de Vincenzo Leonardi. Dos mujeres simpatizantes de Raissa sacaron sus celulares y comenzaron a tomarles fotos. – ¿Esa no es la esposa de Vincenzo Leonardi?Desde la boda que no habían vuelto a ver a la novia, pensaban que ellos se habían ido de luna de miel, o que el propio novio la estaba ocultando de lo fea que
A la mañana siguiente, Kaia despertó de lo más normal en su lugar y la barrera que la separaba de Vincenzo estaba intacta. Él seguía resentido, fue lo que pensó ella. Pero nada se podía hacer, ella seguiría con sus preparativos de mudanza, deseaba que le dijeran que ya estaba la casa lista para habitarla.Aunque había dormido muy cómoda, le había hecho falta el calor del cuerpo de Vincenzo, no lo iba a negar, extrañó no amanecer dormida en su pecho y abrazada a su cuerpo como lo había hecho en las dos ocasiones anteriores.Bajó al comedor y de nuevo el ambiente lo sintió pesado al bajar Aitana después de ella, sus suegros habían salido a un desayuno con unas amistades y hoy estarían ellas solas en el comedor.–Buenos días.Dijo Aitana, como sabía que Kaia no le iba a contestar, seguía aguijoneándola, le gustaba ver las expresiones de rabia en sus ojos, que no podía disimular.–Buenos días.Como una persona educada respondió al saludo, no estaba de humor y solo le contestaría lo que le
Kaia se había quitado todo el maquillaje del rostro, era la mujer más hermosa del lugar, incluso más hermosa que la propia Raissa. A diferencia de Raissa que había entrado unos minutos antes, a Kaia no dejaban de verla, todos los hombres del lugar estaban impresionados por su belleza, era como extra viendo a una diosa.–Necesito a un hombre y eso es a la voz de ya. Así que busca a alguien que me pueda recomendar a uno que esté dispuesto durante toda la noche. Quiero que esta noche sea inolvidable.Llegando habían pedido una ronda de shot de tequila, tenían varios vasitos listos para ser consumidos. Kaia tomó uno de un solo trago, pero Fabrizio, esta vez no iba a cometer la misma imprudencia de la vez anterior, la quería cuidar.–Pero Kaia, creo que estás exagerando, solo pidamos a alguien que pueda pasar la noche con nosotros tomado, para pasarla bien. No hay necesidad de estar pensando esas cosas.–Pues vamos a tomar y a celebrar que hoy por fin voy a perder mi virginidad.Un hombre
Kaia no opuso resistencia, estaba un poco mareada, seguía enojada con Vincenzo, pero él la había rescatado de ese rufián. No podía hacer nada.–No quiero ir la mansión.–Yo no pensaba llevarte hoy allá y menos en estas condiciones.Vincenzo les había prometido a sus padres que no iba a haber otro tema como ese para una nueva regañada, pues su esposa no podía ser vista por ellos en esas fachas.–Condiciones que has provocado tú.–Yo no te he dado de tomar ni un solo trago, entonces por qué dices que lo he provocado yo.En su interior, Kaia quería reclamarle y hacerle un escándalo, pero lo pensó mejor, ya que él podría pensar que estaba celosa. Y aunque lo estuviera, no se lo iba a demostrar.–Olvídalo, esto no debió afectarme. Puedes hacer con tu vida lo que te dé la gana. – ¿Te refieres a lo de Raissa? Ella me ha mandado mensajes hoy de querer atentar contra su vida.– ¿Y por eso han venido a este tipo de club? ¿Aquí es donde se quiso venir a suicidar?Kaia podía responder de forma m
La felicidad brillaba en el rostro de los dos. Kaia no quería pensar que se tenían que levantar de la cama, aunque fuera para comer algo, desde ayer que no comían nada.– ¿Ya nos podemos venir a vivir acá?–Por el momento no, tenemos que cuadrar algunas cosas, no les he dicho a mis padres que dejaremos la mansión familiar.–Siempre hay una primera vez para todo, los polluelos deben dejar el nido. Por lo menos ya deberíamos tener todo acomodado y quedarnos con lo esencial.Vincenzo notaba la urgencia en su esposa, pero las cosas se habían calmado un poco en esos dos últimos días, no tenían que salir corriendo como si se les quemara algo.–Dado que somos marido y mujer, debes saber adaptarte a algunas cuestiones que pasan en el interior de la mansión.–Puedo adaptarme a cualquier cosa, solo que ya no me es posible seguir viendo a Aitana, ella no me va a dejar en paz nunca.–Pensé que las cosas se habían calmado.–Están calmadas, porque no le he vuelto a poner una mano encima, que es lo
Kaia había averiguado el día anterior quienes eran algunos de los familiares de Vincenzo, pues no se quería volver a encontrar en la situación de la compra del auto. También se enteró que uno de los primos de su esposo, que siempre estaba compitiendo con él. Tanto en los estudios como en cuestiones del amor. Eso último lo averiguó de forma confidencial. Así que estaba segura que ese había sido el que había embarazado a Raissa.–Kaia, te presento a mis tíos, Giorgia y Mauro Leonardi. Y mi primo Ángelo y su esposa Beatrice Leonardi.A Vincenzo le extrañó no ver a su otro primo. –Mucho gusto, Kaia, hasta que por fin se nos hizo conocerte.La señora Giorgia, saludo a Kaia con un beso en cada mejilla, era una mujer muy descomplicada, ni siquiera parecía la madre de esos dos. Ángelo y Dasha se comportan como si nadie los mereciera. Mientras que Beatrice, pareciera que no existiera.–El gusto es mío, señora Giorgia, señor Mauro, Ángelo y Beatrice.Todos se habían sorprendido con la elecció
Entraron al comedor con los brazos entrelazados, Dafne y Maximus no pudieron disimular una gran sonrisa, ellos pensaron que si su hijo y su esposa ya habían intimado dentro de poco les darían la noticia de que venía un bebé en camino. Sirvieron la comida y todos tomaron lo que iban a comer.–Querida Kaia, puedes comer un poco más, si puedes eso te servirá para el futuro, consume muchas vitaminas.Kaia se ruborizó, pues entendía perfectamente que era lo que quería decir su suegra y por supuesto que las demás mujeres también lo entendieron.– ¿Ya están buscando el primer bebé?A pesar de no tener todavía una certeza, el corazón de Kaia empezó a palpitar con emoción, no estaba enamorada de su esposo, pero sí le gustaba demasiado, así que la idea de tener hijos con él no le desagradaba.Vincenzo tomó la mano de Kaia y le dio un beso en el dorso, un gesto tan dulce e íntimo, no pasó desapercibido para nadie. Con eso afirmaba que ya lo estaban intentando. Nadie debía dudar a qué se refería.