Capítulo 19. La culpable
Vincenzo subió a la habitación en busca de su esposa, pero no estaba seguro que ella bajara, Aitana respiró con normalidad, no le quería ver la fea cara a su concuña, ya era una incomodidad haber bajado en esas condiciones.De no ser por el hecho de que Keelan le había dicho que afrontara sus acciones, ella no se hubiera dignado tampoco a bajar. Pero ahí estaba dando la cara, aunque fuera obligada.–No, padre, esas son las ganancias de las empresas que adquirimos el mes pasado.Muchas veces ellos empezaban a platicar de cuestiones de negocios en la mesa, aunque eso no era del agrado de Dafne, se podía hablar de otro tema, incluso si no se hablaba nada durante la cena.–Me alegra que la empresa Paidousi esté en nuestras manos, muy pronto se empezaran a ver los dividendos.Para la mala suerte de Aitana, escuchar sobre eso le revolvía el estómago, ellos harían que esa empresa saliera a flote, deberían dejar que se fuera a la ruina, no entendía a su suegro, tendrían que invertir una millo
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