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Todos los capítulos de Reina de la luna azul: Capítulo 1 - Capítulo 10
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Prefacio
Dos meses antesEstaba despertando, sintió el poder emanar desde lo más profundo de su ser. Primero fue una sacudida, luego un pálpito y finalmente un rayo de consciencia.En algún momento de hacía muchos años fue derrotado por los hijos de la avaricia, tan malignos como perversos que lo mandaron a dormir sin importarle lo que ocurriera durante su ausencia. Supuso que había pasado mucho tiempo porque no recordaba lo sucedido, todo en su mente eran imágenes sueltas y retazos de recuerdos mal estructurados.Pero ahora respiraba y lo hacía cada vez más rápido, sus párpados antaño pesados como el plomo se volvían más ligeros a cada momento. Sus extremidades se movieron, primero solo fueron contracciones involuntarias, posteriormente fueron voluntarios. Le ordenó a cada dedo que se extendiera y a cada miembro que se sacudiera.Lo estaba logrando.Abrió la boca y aspiró una gran bocanada... De agua salada. Sintió como la vida se abría paso en su interior y llenaba cada parte de él. Estaba d
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Capítulo 1
Ocho años antesCaí sobre mi trasero por tercera vez consecutiva, eso se convertía en una rutina desesperante. Emití un grito de frustración y contuve un par de lágrimas que amenazaron con correr por mis mejillas. Estaba siendo una chiquilla malcriada, pero estaba dando todo de mí, haciendo mi mejor esfuerzo y el idiota de Lucas seguía mandándome a besar el piso.Cuando lo que yo prefería era besarlo a él.Lo miré desde el suelo, él era tan fuerte, tan duro, tan talentoso. Era un colombiano tan guapo como hijo de puta. Tan atractivo y con una sonrisa divertida que, si lo quería, podía hacer que mil mujeres cayeran a sus pies.Pero era sensible, toda su coraza era una fachada que lo protegía de lo que le ocurrió años atrás, cuando perdió a sus padres y hermana pequeña y cuando lo hallaron bañado en sangre escondido dentro de una maleta en el hostal en dónde vacacionaban.Decenas de turistas fueron asesinados durante una noche de luna en cuarto creciente... La culpa fue de quien tuvo la
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Capítulo 2
Seis años antesSubía y bajaba sin cesar, un estúpido fey me había atrapado con una liana o una mierda parecida y me traía rebotando como si fuera un yoyo. La cabeza me daba vueltas, ver el mundo boca abajo no era para nada agradable, además, colgaba de una pierna, sentía que en cualquier momento me la iba a dislocar.Fui una tonta, debía admitirlo, pues no calculé bien y caí directo en la trampa. Como punto para mí, pensé que enfrentaríamos a un estúpido gnomo, si acaso un travieso duende, no algo mucho más evolucionado.Las espinas se clavaron en mi tobillo, por suerte tenía las botas de cuero y un pantalón grueso para prevenir este tipo de cosas, si me hubiese cortado, mi sangre habría caído y en apenas un pestañeo habría terminado siendo sirvienta de algún fey retorcido y perverso. Dentro de las ventajas, estaba el no poder atacar directo a la cabeza o cuello, así que solo debíamos preocuparnos por las extremidades y por evitar alguna que otra flecha encantada.—¿Estás bien? —el r
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Capítulo 3
Cuatro años antesLa primera vez que bebí fue a los dieciocho años, mis padres salieron de viaje con el argumento de que era un viaje de trabajo, pero tanto Lucas como yo supimos que no era más que la fachada, ellos querían ir a fornicar con toda libertad, así que tendríamos tres días de casa sola para disfrutar.Tanto él como yo siempre fuimos catalogados como buenos niños, pues si no estábamos entrenando, estábamos en la escuela. Los monteros, tuviésemos la edad que tuviésemos, siempre estábamos ocupados con la doble vida. Ni siquiera podíamos salir con monteros de nuestra edad porque nuestras agendas solían estar llenas.Pero en el momento que mis padres anunciaron que se irían, pusimos manos a la obra.Después de varios años de cacería, es normal estrechar lazos, sobre todo cuando se viven experiencias de muerte. Y yo tenía dos amigos monteros: Ariana y Josué. Y todos coincidimos en que la fiesta debía ser todo un evento. Ellos eran los invitados de honor que también invitaron a g
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Capítulo 4
Cuatro años antesDía de la coronación del Montero CelestialAriana no paraba de probarme todo tipo de peinados. Desde el cabello amarrado en trenzas complejas hasta caídas de cabello en forma de cascada que parecía natural, aunque definitivamente no lo era. Mi cuero cabelludo ya estaba adolorido de tantos jalones.Los últimos meses habían sido duros, me metí de lleno en entrenamientos extenuantes, dividí mi tiempo entre estudiar a los místicos como ratón de biblioteca y entrenarme aún más allá de mis límites. Tuve que dejar de lado varias clases de psicología al punto de desentenderme, pues la prioridad era saber hasta el mínimo detalle sobre los místicos, el báculo y mis habilidades.La información sobre el paradero del báculo de Estordes seguía siendo un misterio, en varios libros lo mencionaban, pero lo más cercano que teníamos era una imagen que tenía muchos años de antigüedad. Quería pensar que se revelaría cuando fuera el momento correcto.—¡Este! —anunció Ariana dando un últim
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Capítulo 5
Cuatro años antesCeremonia de coronación del Montero CelestialDurante los primeros diez segundos no pude sentir nada. El silencio fue tan denso e incómodo, que me retraje dentro de mí misma en un intento desesperado de protegerme. Pero entonces el caos se desató. Los gritos, reclamos y dudas volaron por toda la sala y el estómago se me revolvió.Y entonces mi padre alzó la voz y todos callaron. Lo vi acercarse hacia nosotros con la ira pintada en el rostro.—¿Qué hiciste Miranda? —rugió enfadado—. Explica esto ya.Mi tía, la madre de Siena, se enjuagó las lágrimas y miró a mi padre suplicante, su rostro era una máscara de sufrimiento. Abrió la boca en un intento por hablar, pero solo balbuceó algo inentendible.—Dijiste que tu hija no nació en luna de sangre.—¡Y no lo hizo! —mi tía chilló—. Fue un día antes, ella nació en el hospital, no como Viviana que pudo morir por tu negligencia.Por el maldito infierno si es que existía. Estaba vestida como toda una protagonista de cuento de
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Capítulo 6
Tres años antesExactamente un año atrás había logrado entrar a la universidad. Y no era híbrida o virtual como estaba acostumbrada, si no presencial con edificios hermosos, aulas de todo tipo, compañeros variados y laboratorios increíbles.Mi hermano fue quien me convenció de intentar entrar a una universidad, pues mi plan original era quedarme acostada mientras me retorcía en mi propia miseria y esperaba a que milagrosamente mis problemas desaparecieran.—Está bien llorar y remojarse en el fracaso durante un rato —me había dicho Karim muy serio—. Pero no puedes escapar de tu realidad. Llora, recóbrate y pelea, tienes un mundo de oportunidades allá afuera —me miraba con tanta ternura que empezaría a llorar—. Y no estás sola, Vi. Ya no.Karim también conocía el mito del Montero Celestial, él sabía en términos generales de qué trataba y también era consciente de que era muy probable que se refiriera a mí, pero si yo era algo escéptica, el lo era el triple.—No la odies, no es su culpa
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Capítulo 7
Pero eso no había pasado. Seguía sin aceptar el hecho de que existía la posibilidad de jamás verlo de nuevo, en mi mente debíamos vernos una vez más. Solo que no así. Aquí.Me envolví en una coraza de realidad para evitar desilusionarme, porque debido a la ingenuidad me había lastimado yo sola. Estaba feliz de verlo, pero primero debía de saber qué quería, pero eso no evitó que mi sonrisa fuera grande y genuina, él solo esbozó una pequeña sonrisa, como si no quisiera demostrar que se alegraba de verme. Y eso dolió.—A que tardaste en recordar a esta belleza —dije señalándome con actitud juguetona, pero seductora, él suspiró—. Nuevo año, nueva yo.—No creas que no me da gusto verte bien y completa —quise tomar su comentario como un cumplido—. Pero creí que serías más responsable.El malhumor se posicionó sobre mi cabeza.—Y yo que me estaba alegrando de verte.Nunca había fumado, desconocía el sabor y la sensación de hacerlo, pero cuando vi la cajetilla abierta, pensé que estaría bien
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Capítulo 8
ActualidadAmo a mi hermano, en serio lo hago, es la persona a quien más valoro en el mundo, pero eso no impide que me enoje con él por no querer darme el dinero que me corresponde por herencia. Carajo, así como él tuvo todo el derecho de reclamar su cuenta en el banco, yo también tengo el derecho de hacerlo. Y lo que más me enoja es que me lo estuvo ocultando por mucho tiempo.De haber sabido que tenía una cuenta bancaria a mi nombre con una cantidad que, si bien no era tan cuantiosa como para no hacer nada toda mi vida, pero era lo suficientemente grande como para sacarme de algún apuro como en el que estoy ahorita, las cosas serían muy diferentes.—Tienes que darme la información completa —digo a través del teléfono—. Necesito el dinero urgentemente. Me pertenece.—Claro que te lo voy a dar —replica enfadado—. Pero hasta que estés limpia. No voy a permitir que con el dinero que te dejaron mis papás te de una sobredosis.La verdad no entiendo cómo es que mis padres no cancelaron esa
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Capítulo 9
Me hallo flotando a la deriva, todo a mi alrededor es negro, pero no tengo miedo, más bien me relajo. La temperatura es agradable, siento cosquilleos en mi piel que me dicen que no hay razón para preocuparse. Y además está el sonido; es rítmico y agradable, tranquilo. Es como si algo rozara con…Una dura sacudida me devuelve a la realidad y me obliga a abrir los ojos.—Por dios, qué horror —mi hermano me mira con lástima—. Deberías verte.—Tampoco es como que tú seas el príncipe azul cuando te acabas de despertar.Al incorporarme, la cabeza me duele como los mil demonios. Suelto un quejido y la sostengo con ambas manos.—No me refiero a eso.Sé perfectamente a lo que se refiere.—Tuve el sueño más pendejo del mundo —dije lentamente—. El hijo de puta de Lucas estaba en Silex, se veía tan cogible como siempre, pero te juro que lo quise matar —el dolor aminora por momentos—. Ya superé al cabrón, no lo tocaría, aunque fuera tu salvación —suspiro—. Tuve que odiarlo para superarlo, ¿qué tal
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