Quisiera sentirme mal porque de alguna manera lo he chantajeado; pero lejos de sentirme así, es lo contrario, experimento una especie de sensación de poder que me hace sentir como nunca en mi vida. Antes de Adrian si las había, porque vivía en una clase de burbuja enamorada; no obstante, después de eso, no volvió a haber ninguna. Las ganas de experimentar alguna clase de felicidad se esfumaron. He estado enojada y amargada porque después de lo ocurrido, solo me obligan a participar como si lo único que desearan es verme lamerme las heridas; «pero se acabó», me digo recordando la cita al psicólogo de hoy, que para lo único que lo contrataron fue para meterme en la cabeza que tengo que alimentarme de la felicidad de los demás. Ahora no soy feliz como insinúa, pero sí de otra manera y es debido a mi osadía, porque he descubierto un secreto sucio del jefe. A hoy día no sé si eso se podría considerar así, quizás no, pero eso depende de qué lado de la balanza estás. Wallflower es una emp
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