Capítulo 2

Oliver

━━※━━

―¿Crees que esto sea una buena idea? ―cuestiono a Bert.

Es él quien me ha propuesto una solución a mi problema, aunque no estoy muy convencido de hacerlo de esta manera. No es algo que me guste, ni siquiera por tomar precauciones. Era más divertido y menos complicado cuando tenía mi propio espacio en el Nigth Dolls. Allí conseguía lo que quería. Refunfuño con esa nostalgia porque debido a ese maldito incidente con esa chica, el infeliz de Alexander Rothschild amenazó con divulgar mis secretas aficiones, como si el no tuviera ninguna.

Me resulta un arrogante cretino, puesto que yo también caí en ese malentendido; sin embargo, no puedo darme el lujo que haga eso. Tenía que evitarlo y quedarme quieto por un buen tiempo, porque la droga que usé no es algo que se use comercialmente, es algo que yo inventé. Además, no podía dejar que lo hiciera cuando mi familia vive de la tacha de millonarios responsables y conservadores. Si eso hubiera salido a la luz, habría sido mi fin y le habría dado el gusto a quienes quieren quitarme del puesto.

Observo a Bert, y solo le he seguido la cuerda porque es el único que conoce mis gustos. Él sabe mejor que nadie cómo llevar estos asuntos y de paso mantenerse callado. Nunca lo he catalogado, pero en términos pragmáticos ya que no suelo tener apegos emocionales, podría decir que es un único mejor amigo.

―Tu mejor opción es hacerlo de esta manera. Un contrato particular con mujeres que saben a qué atenerse, y buscas un lugar adecuado y privado para ellos, que será lo de menos ―explica, viéndolo de esa forma no suena tan complicado.

Él problema es encontrar a la adecuada para esto. Bert hace un gesto para que nos adentremos a la oficina de la dueña. El lugar al que me ha traído es clandestino y privado. Ella se encarga de encontrar y ofrecer lo que el cliente pide, luego organiza el encuentro con la escogida para sellar el contrato y lo demás es para la diversión. Ya estamos aquí, así que miraré si encuentro lo que busco.

Desde donde estoy observo a la mujer que le recibe, luce una adorable sonrisa en el rostro que marcan un poco sus líneas de expresión. Afuera de la puerta hay alguien custodiándola, Bert se adelanta y habla con él y luego que revisa la tarjeta que le entregaran, nos deja pasar. La mujer está allí, arrellanada fumando de una boquilla, en lo que debe ser su sala de negocios, supongo por cómo se ve todo.

Odio el cigarrillo, también el olor a la nicotina, pero ella no parece estar fumando de esa clase, se percibe más el olor a mezcla de especias aromatizadas y algún aditivo. Sé reconocerlo.

―Bienvenidos, tomen asiento ―dice la mujer.

Al principio me muestro reticente, pero al final cedo y me siento en el sillón disponible frente a esa mujer. No es vieja, más bien de edad bastante madura; me recuerda a mi madre adoptiva y sus instintos de conservación con todo tipo de cremas para siempre verse joven y perfecta.

A parte del conservadurismo, el perfeccionismo es otra de las cualidades que abundan en mi familia. Estoy lejos de ser las dos cosas, pero ninguno lo sabe, y espero que siga siendo así. Llevo meses absteniéndome y ya no puedo seguir así.

―¿Tienes alguien para mí? ―preguntó yendo directo al grano.

La mujer asiente, haciendo a un lado su boquilla.

―Tengo una agradable lista donde puede escoger lo que busca. El señor Asgard debió comentárselo ―dice ensanchando una sonrisa traviesa en su rostro―. La que escoja podrá conocerla tan pronto como deseé.

―¿Son confiables?

―Ciento por ciento, aquí no ofrecemos problemas, sino soluciones. Solo escoja y lo comprobará de inmediato ―aduce la mujer con una seguridad que me estaba irritando.

Miro a Bert y este asiente, en el fondo sabe que soy quisquilloso con este asunto. Si bien me gusta la diversión que puedo conseguir, no soy ningún idiota y sé lo mucho que estas personas se aprovechan cuando saben que el presunto cliente, tiene una buena posición. Tomo riesgos, pero no los suficiente para arruinarme la vida.

No obstante, odio esa seguridad, porque tal vez es lo que busco, sin embargo, aunque aún estoy reticente sobre empezar a tomar chicas por contrato. Bert jura que es lo más indicado. Veremos si es cierto.

―De acuerdo, quiero verla ―digo.

La mujer no se anda con vueltas, me extiende una tableta, y luego de tocar la pantalla se muestra una galería de chicas.

―Todas están entre dieciocho y veintitrés como me especificó el señor Asgard ―añade la mujer mientras yo deslizo mi dedo observando a cada una.

Son bonitas, pero demasiado llamativas. Me cuesta un poco decidir cuál es apta para lo que deseo. Eso me hace pensar en esa chica Emmaline. De verdad había creído que era un regalo y creo que lo más interesante es que no era complaciente y eso hace intensa la sesión.

Largo un bajo suspiro, me cuesta decidirme por una. A simple vista nunca encuentro lo que quiero, tal vez es porque soy muy cuidadoso, pero después de aquello no puedo involucrarme con cualquiera, sin que luego vaya a tener un problema. No busco sexo, y menos amor, sería un chiste, solo busco diversión y quiero volver a encontrarla como antes. Me urge.

Me decido por una.

―Será una prueba, si me gusta cuando la vea en persona, la tomaré, sino la desecharé ―advierto.

―Es clara su exigencia, también la mía de pagar un depósito por adelantado ―dice y yo enarco las cejas―, es por si decide no usarla, sería injusto ilusionarla en vano, ¿no?

Esa mujer me hace resoplar.

―En ese caso se lo queda usted.

―Por supuesto que no, es una compensación.

―Bien, la veré el lunes en la noche, el señor Asgard se encargará de entregarle todos los detalles para el encuentro.

―Perfecto, me encargaré de que los reciba y se presente con usted ―dice la mujer dándose por bien servida.

Me pongo en pie dispuesto a salir de allí, y si no fuera porque Bert me dijo que era obligatorio negociar con ella, no habría venido. La mujer también se pone en pie y me muestra la palma de su mano abierta, y caigo en cuenta de que es lo que quiere.

Me ladeo hacia Bert.

―Hazle el maldito cheque ―mascullo entre dientes y me apresuro en salir de allí.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo