Los recuerdos siempre resultaban agradables en momentos de angustia, cuando todo parecía ir cuesta abajo. No quería sumergirse de nuevo en la desesperación, pero tampoco lograba mantener la calma y fingir que nada malo estaba sucediendo, después de perder su empleo en aquel prestigioso restaurante.Ahora más que nunca necesitaba encontrar un nuevo trabajo para poder mantenerse a ella y a su hermana. De lo contrario, se enfrentarían a serios problemas; debían pagar las cuentas del apartamento en el que vivían, los estudios de Coral y comprar comida, entre otros gastos necesarios para sobrevivir.Era realmente difícil fingir ante Coral que todo estaría bien, que no debía preocuparse por el dinero, cuando esa era su principal preocupación. Pero tampoco podía hacer un milagro y solucionar todo al instante, sabía que las cosas llegarían en su debido tiempo, pero deseaba que sus problemas económicos terminaran o, al menos, fueran menos pesados.En cualquier caso, Elizabeth se sentía muy ang
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