Elizabeth finalmente había llegado al lugar donde obtendría más información sobre la oferta que le hizo el desconocido en el mercado. A medida que se acercaba al lujoso edificio, sentía cierto temor y suspense que la hacía caminar con inseguridad. Dentro del edificio, se sintió perdida y decidió acercarse a una joven para pedir indicaciones.—Hola, soy Elizabeth. He venido porque quedé en encontrarme con el señor... —saludó a la mujer, pero se dio cuenta de que había olvidado el nombre del hombre. Confundida, esperó a que la mujer hablara primero.—¿Estás buscando al señor Thomson? —preguntó la mujer.—No, en realidad recordé. Estoy buscando a Tony Benson —respondió Elizabeth.La expresión de la mujer cambió levemente al escuchar el nombre de Tony Benson, pero pronto lo olvidó y esperó a que Elizabeth confirmara que ella era la persona que buscaba a Benson.—Vale, así que eres tú —dijo la mujer en un tono más bajo. Elizabeth frunció el ceño confundida, pero luego asintió con la cabeza
Más allá de lo que había observado cuando entró al despacho por primera vez, notó más detalles dentro de aquella oficina amplia y masculina, no había duda de que el diseño iba con la personalidad de aquel hombre, aunque todavía no lo conocía del todo, pero a juzgar por lo que estaba mirando, era un hombre que prefería las tonalidades oscuras y bastantes masculinas. Como podía darse cuenta allí dentro. Aunque también tenía que admitir que era un diseño bastante llamativo y de esos que tenían un aura poderosa. En todo caso le parecía la elección muy acertada. Elizabeth no era muy paciente por lo que al tener más de quince minutos allí esperando por el regreso de Tony, comenzó a ponerse un poco desesperada e impaciente también. No tenía ni idea de la razón por su tardanza, pero no le quedó de otra que seguir esperando, puede que hubiera algún problema con la fotocopiadora o su secretaria estuviera ocupada en otras cuestiones, después de todo aquel mundo se veía bastante ajetreado y con
La verdad era que a Elizabeth también le hubiera gustado tener la oportunidad que su hermana tenía en ese momento, de estudiar tranquilamente en la secundaria. Aunque ella también pudo estudiar y cursar la secundaria de forma tranquila en aquel entonces, la idea de ir a la universidad parecía estar muy lejos de ella. Ahora tenía responsabilidades, pero cuando las cosas se complicaban y se volvían difíciles, pensaba en sus padres y sabía en lo más profundo de su corazón que estarían muy orgullosos de ella por todo lo que estaba haciendo por Coral, quien merecía una vida feliz.—Es pequeña. ¿Y le has contado a tu hermana sobre esto de la agencia de modelaje? ¿Alguien más lo sabe? —preguntó Tony.—Sí, de hecho, puse al tanto a varias personas importantes para mí para que me dieran consejo y así poder tomar una decisión acertada. Ahora siento que estoy haciendo lo correcto y quiero intentarlo. No hay nada que me detenga o que me haga cambiar de opinión —respondió Elizabeth, suspirando.—E
Por otro lado, el magnate italiano seguía sumergido en todas las revistas y artículos que hablaban terriblemente de él por el incidente que ocurrió en el club nocturno.No podía creer que las cosas hubieran terminado de esa manera. Lo que más le enfadaba era el incidente que surgió a raíz de las provocaciones de aquel individuo.Debería haber escuchado a su amigo Liam y no haber dejado que su enojo se descontrolara en ese momento. Pero no pudo contenerse. Además, era una persona impulsiva, no podía permitir que ese idiota siguiera diciendo tantas barbaridades sobre él. Esa era una de las razones por las que odiaba los compromisos. Definitivamente, no tenía planes de casarse ni formar una familia. Parecía que cada relación o aventura amorosa que tenía con una mujer le traía consecuencias, y eso fue lo que desencadenó la disputa en el antro.Liam, quien llegó con comida china, apareció de nuevo a su lado ofreciéndole una porción de lo que había traído.—Deja de pensar tanto en eso. Ya s
Entonces, existía la posibilidad de que su objetivo fuera venderla o incluso matarla. Solo pensar en todo eso le puso los pelos de punta y le rompió el corazón en pedacitos. No podía dejar de pensar en Laura y en su esposo, pero sobre todo en Coral y en lo que iba a vivir cuando ella se ausentara por más tiempo.Por supuesto, se iba a sentir demasiado preocupada y iba a sufrir demasiado. Era algo que Elizabeth había evitado toda su vida, desde la muerte de sus progenitores. Lamentablemente, ahora no había nada que hacer y se encontraba atada de brazos. Se sentía impotente otra vez y empezó a llorar.Era lo único que podía hacer, ya que se encontraba encerrada en este sitio sin salidas. La única puerta que había estaba fuertemente cerrada y asegurada. Aun así, con las ganas de salir de esa habitación, Elizabeth se puso de pie y caminó hasta la puerta. Intentó girar el pomo, pero como esperaba, no funcionó. Fue en vano. Estaba encerrada y eso le volvió a traer una dosis de desesperación
Coral finalmente llegó al apartamento y se sorprendió al descubrir que su hermana aún no había llegado. Por un lado, se sintió aliviada de no tener que explicarse en ese momento, pero aún estaba decidida a hacerlo cuando su hermana llegara, como le había prometido a Ana, y también quería ser honesta.Por ahora, no tenía ninguna tarea escolar pendiente, ya que la presentación que le habían asignado en el grupo con Diego no se entregaba hasta la próxima semana. Así que todavía tenía la oportunidad de hacerlo más tarde, y no necesariamente ahora. Por esa razón, pudo suspirar de alivio y relajarse un poco en su habitación, o repasar algunas lecciones. Nah, en ese momento no quería pensar en la escuela, solo tomar una siesta, que se había ganado.Después de un rato, empezó a aburrirse al estar acostada boca arriba en su cama durante mucho tiempo. Así que quería hacer algo.Salió de nuevo de la habitación y se fijó en el teléfono de su hermana sobre la mesa de centro. No recordaba haber vis
—Cuando me habló de la agencia de modelaje, le habían dado una tarjeta de contacto, pero no creo que la haya dejado aquí. De todas maneras, puedo revisar su habitación para ver si la encuentro —dije, con esperanza.—Eso estaría bien, yo también te ayudaré a buscar. No sé qué más puedo hacer, aparte de eso. El mayor problema aquí es que Elizabeth dejó su teléfono y no podemos ponernos en contacto con ella. Si al menos trabajara en el restaurante, podría llamar a la chica llamada Alicia. Un día me dio su número y todavía lo conservo, pero por el momento no sirve de nada —resopló—. No perdamos más tiempo y vayamos a su habitación a ver si encontramos la tarjeta de contacto. Lo único que me viene a la mente en este momento es el nombre de Tony Benson, el hombre que le ofreció el trabajo en la agencia de modelaje.—No sé quién es, nunca lo mencionó.—Bien, busquemos esa tarjeta de contacto.Ambas nos sumergimos en la búsqueda dentro de la habitación de Elizabeth, revisando incluso en los l
Por otro lado, Laura y la pequeña Coral habían llegado a la estación de policía y fueron atendidas de inmediato por un hombre que les aseguró que haría todo lo posible para investigar el caso, a pesar de que no habían pasado las horas necesarias para considerar a una persona desaparecida. Laura tuvo que pedírselo de todo corazón e insistir varias veces para que no se perdiera más tiempo, ya que estaba segura de que algo malo le había sucedido a Elizabeth.—¿Dices que Elizabeth Miller salió hacia una agencia de modelaje pero no tienes el nombre ni la dirección?—No, ella no me mencionó el nombre de la agencia cuando me dijo que iba a buscar trabajo como modelo. No estoy segura si ella sabía el nombre, lo único que sé es que la persona que la contactó se llama Tony Benson. Eso es todo.—Entiendo. ¿Es posible que se haya quedado en casa de alguien y no haya podido avisar por alguna razón?—Elizabeth siempre vuelve al apartamento porque vive allí con su hermana pequeña Coral, así que es p