Entonces, existía la posibilidad de que su objetivo fuera venderla o incluso matarla. Solo pensar en todo eso le puso los pelos de punta y le rompió el corazón en pedacitos. No podía dejar de pensar en Laura y en su esposo, pero sobre todo en Coral y en lo que iba a vivir cuando ella se ausentara por más tiempo.Por supuesto, se iba a sentir demasiado preocupada y iba a sufrir demasiado. Era algo que Elizabeth había evitado toda su vida, desde la muerte de sus progenitores. Lamentablemente, ahora no había nada que hacer y se encontraba atada de brazos. Se sentía impotente otra vez y empezó a llorar.Era lo único que podía hacer, ya que se encontraba encerrada en este sitio sin salidas. La única puerta que había estaba fuertemente cerrada y asegurada. Aun así, con las ganas de salir de esa habitación, Elizabeth se puso de pie y caminó hasta la puerta. Intentó girar el pomo, pero como esperaba, no funcionó. Fue en vano. Estaba encerrada y eso le volvió a traer una dosis de desesperación
Coral finalmente llegó al apartamento y se sorprendió al descubrir que su hermana aún no había llegado. Por un lado, se sintió aliviada de no tener que explicarse en ese momento, pero aún estaba decidida a hacerlo cuando su hermana llegara, como le había prometido a Ana, y también quería ser honesta.Por ahora, no tenía ninguna tarea escolar pendiente, ya que la presentación que le habían asignado en el grupo con Diego no se entregaba hasta la próxima semana. Así que todavía tenía la oportunidad de hacerlo más tarde, y no necesariamente ahora. Por esa razón, pudo suspirar de alivio y relajarse un poco en su habitación, o repasar algunas lecciones. Nah, en ese momento no quería pensar en la escuela, solo tomar una siesta, que se había ganado.Después de un rato, empezó a aburrirse al estar acostada boca arriba en su cama durante mucho tiempo. Así que quería hacer algo.Salió de nuevo de la habitación y se fijó en el teléfono de su hermana sobre la mesa de centro. No recordaba haber vis
—Cuando me habló de la agencia de modelaje, le habían dado una tarjeta de contacto, pero no creo que la haya dejado aquí. De todas maneras, puedo revisar su habitación para ver si la encuentro —dije, con esperanza.—Eso estaría bien, yo también te ayudaré a buscar. No sé qué más puedo hacer, aparte de eso. El mayor problema aquí es que Elizabeth dejó su teléfono y no podemos ponernos en contacto con ella. Si al menos trabajara en el restaurante, podría llamar a la chica llamada Alicia. Un día me dio su número y todavía lo conservo, pero por el momento no sirve de nada —resopló—. No perdamos más tiempo y vayamos a su habitación a ver si encontramos la tarjeta de contacto. Lo único que me viene a la mente en este momento es el nombre de Tony Benson, el hombre que le ofreció el trabajo en la agencia de modelaje.—No sé quién es, nunca lo mencionó.—Bien, busquemos esa tarjeta de contacto.Ambas nos sumergimos en la búsqueda dentro de la habitación de Elizabeth, revisando incluso en los l
Por otro lado, Laura y la pequeña Coral habían llegado a la estación de policía y fueron atendidas de inmediato por un hombre que les aseguró que haría todo lo posible para investigar el caso, a pesar de que no habían pasado las horas necesarias para considerar a una persona desaparecida. Laura tuvo que pedírselo de todo corazón e insistir varias veces para que no se perdiera más tiempo, ya que estaba segura de que algo malo le había sucedido a Elizabeth.—¿Dices que Elizabeth Miller salió hacia una agencia de modelaje pero no tienes el nombre ni la dirección?—No, ella no me mencionó el nombre de la agencia cuando me dijo que iba a buscar trabajo como modelo. No estoy segura si ella sabía el nombre, lo único que sé es que la persona que la contactó se llama Tony Benson. Eso es todo.—Entiendo. ¿Es posible que se haya quedado en casa de alguien y no haya podido avisar por alguna razón?—Elizabeth siempre vuelve al apartamento porque vive allí con su hermana pequeña Coral, así que es p
De repente, Tiziano sintió que la ropa que había elegido para esa noche era demasiado formal y no quería parecer un tipo rígido en un lugar así. Sin embargo, supuso que las demás personas también vestirían como él, ya que habían seleccionado trajes similares. Por lo tanto, no había ninguna razón para cambiar su elección. Decidió seguir adelante y usar la ropa que había escogido. Mientras terminaba de abotonarse la camisa, su teléfono comenzó a sonar en el centro de la cama. Se frotó la frente antes de mirar quién lo llamaba y se dio cuenta de que era Tony Benson, el hombre que lo había invitado a la subasta de esa noche. Tal vez lo llamaba para informar que el evento se cancelaba, o tal vez seguía adelante. Dejó de adivinar y contestó la llamada.—Benson, ¿qué tal? ¿Qué hay de nuevo? —preguntó Tiziano.—Tiziano, te llamo para confirmar que esta noche se llevará a cabo la subasta y estamos muy agradecidos de que vengas por primera vez. Estamos seguros de que será una noche increíble y
—¿Ahora me toca hablar de mí? —Sí, es justo. Es mi turno, así que dime. Aunque con esa respuesta que me das, que obviamente no puedo tomar como una confirmación, me lo dices todo. Sigues siendo el mismo de siempre, un hombre que no logra sentar cabeza a esta edad. ¿Qué estás esperando, hermanito? ¿No ves que el tiempo pasa volando y no nos damos cuenta? Mira, no existe la mujer perfecta —añadió entre risas.Acostumbrado a este tipo de comentarios por parte de su hermano, no podía hacer otra cosa que contagiarse de la diversión que envolvía sus palabras, aunque en el fondo sabía que era verdad y sin bromear.—Bueno, en ningún momento he dicho que estoy esperando a la mujer de mi vida para casarme y tener una familia. Aunque sea un tema que solo me concierne a mí, ya sabes de antemano que ahora mismo no estoy pendiente de eso y no creo que en el futuro sea importante para mí pensar en casarme y tener hijos. Creo que he nacido para quedarme solo toda mi vida y concentrarme en el trabajo
—No, ¿de verdad lo crees? Aunque debo admitir que después de hablar contigo por un buen rato, empiezo a sentirme cansado nuevamente. Tengo que ir a la secundaria dentro de un rato y no puedo faltar hoy, desafortunadamente tengo un examen y un informe que entregar. Por cierto, pensé en pedirte ayuda con el informe, que hablaba sobre construcción, pero al saber que estás ocupado con tu trabajo, preferí no hacerlo —admitió, bostezando en el proceso.—Como tu hermano mayor y alguien que solía quedarse dormido por las mañanas, te aconsejo que no te vayas a la cama de nuevo, porque podrías perder la hora. Aunque suene la alarma, te aseguro que no la escucharás —advirtió el hermano mayor.—Bueno, te cuento que eso ya me ha pasado antes. Pero voy a obedecerte, no quiero quedarme dormido como aquella vez y perder el examen —confesó el chico, soltando un profundo suspiro.—De acuerdo, recuerda que aunque esté ocupado, intentaré ayudarte en lo que pueda. Si necesitas mi ayuda, solo mándame un me
Lo único que agradecía era que Anastasia la había dejado en una habitación donde se le permitió vestirse sola. Se sentía un poco más tranquila sabiendo que no había ningún hombre presente, así que se puso la ropa que le habían dejado sobre la vieja cama. Había unos tacones de aguja y un vestido rojo que apenas cubría parte de sus muslos. Contra su piel pálida, creaba un contraste impactante. No le gustaba en absoluto la apariencia tan exhibicionista de aquella poca tela. Frente al espejo, solo pudo reconocer el reflejo de una desconocida, definitivamente no era su tipo.Las ganas de llorar eran abrumadoras, era lo único que podía sentir en ese momento. Se veía terrible, mal, era irreconocible.Elizabeth sabía que no podía quedarse dentro de esa habitación por mucho tiempo, así que intentó limpiarse los ojos para evitar que se notara que había estado llorando. Sin embargo, era en vano, se veía claramente que había estado mal.Afortunadamente, no tenía problemas para caminar con esos ta