Tiziano se encontraba en medio de una reunión para discutir los puntos más importantes sobre el nuevo proyecto que se llevaría a cabo en la ciudad de Nueva York. Era crucial para él que todo saliera perfectamente, sin lugar a errores.
Afortunadamente, todo transcurría sin problemas y estaba seguro de obtener un resultado fantástico gracias a su talentoso y inteligente equipo, quienes estaban comprometidos en realizar la construcción asignada.―Bueno, si alguien en esta sala tiene alguna objeción o pregunta, por favor levante la mano y le daré la palabra―, anunció Tiziano. Sin embargo, todos estaban de acuerdo y no hubo ninguna objeción.―Muy bien, en ese caso, fue un placer discutir estos puntos con todos ustedes. Nos vemos el viernes de la próxima semana para verificar el avance―, concluyó Tiziano, finalizando la reunión antes de retirarse junto a su amigo Liam a su oficina.Una vez dentro de la oficina, Tiziano caminaba de un lado a otro, preocupado por un escándalo en el que estaba envuelto con una mujer. ―Tiziano, creo que deberías detener esto. Solo son rumores y sería bueno convocar una rueda de prensa para desmentir lo que se está diciendo sobre ti―, aconsejó Liam.―Sí, lo sé, Liam. Pero incluso las mentiras pueden dañar y arruinar tu imagen. No puedo creer que una mujer esté difundiendo tantas falsedades sobre mí. ¿Cuándo nos vimos en un hotel? Afirma que nos encontramos y la golpeé. No lo puedo creer―, respondió Tiziano con frustración, tapándose la cara con las manos.Su amigo estaba convencido de que alguien se había infiltrado en la empresa y pretendía arruinar la imagen de Tiziano justo cuando estaba asumiendo un proyecto muy importante para la ciudad. No había otra explicación lógica.―Por eso, no puedes perder más tiempo y debes convocar una rueda de prensa para desmentirlo todo. Ya sabes cómo funciona la prensa, siempre están buscando información y luego la distorsionan―, recordó Liam, instándolo a actuar cuanto antes.―En este momento tengo mucho trabajo por hacer y no puedo enfrentarme a cámaras y micrófonos para hablar sobre algo que no es verdad. Deberías hacerlo por mí, después de todo, también te afecta―, agregó Tiziano, enojado por la situación.―Lo haría por ti sin problemas, pero ambos sabemos que sería mejor que desmintieras todo cara a cara. Hazlo―, instó Liam.Tiziano puso ambas manos en su cintura y mirando a su amigo, suspiró exasperado por tener que interrumpir su trabajo para enfrentar a la prensa, todo debido a una desconocida o tal vez una mujer dolida con la que tal vez había tenido alguna noche. Ahora, al no recibir más atención de su parte, se inventaba toda una historia.Él no tenía la culpa de ser tan irresistible. Tiziano Fiorenmonti era como un imán para atraer a las mujeres. Aunque ser así tenía sus consecuencias, como lo que estaba experimentando en ese momento.―De acuerdo, me he decidido a hablar con algunos medios y reporteros para que estén aquí hoy mismo y así poner fin a todo. Estoy seguro de que no dudarán en venir, siempre buscan alguna información―, aseguró Tiziano, bufando y volviendo a tomar asiento.Liam le dijo que se retiraría para comenzar a llamar a los medios y organizar la rueda de prensa esa misma tarde.Mientras tanto, Tiziano quedó en su oficina sentado en su cómoda silla giratoria, con la vista fija en su portátil. Sin embargo, sus pensamientos fueron reemplazados por la joven que se estaba adueñando de su mente cada día de manera más persistente. No le gustaba en absoluto.―¿Qué me está sucediendo? No puedo creer que siga pensando en esa mesera―, se preguntó a sí mismo. Luego, comenzó a revisar otros documentos en su portátil y descubrió que había olvidado firmar uno de ellos. De inmediato, se puso manos a la obra para resolverlo, sin perder más tiempo y evitando cualquier contratiempo, algo que quería evitar a toda costa. Le parecía extraño que no hubiera puesto su firma en aquel documento digital, pero admitía que había estado algo distraído en esos días y no quería admitir en voz alta la razón de su abstracción, aunque sabía muy bien que, además de este escándalo que se estaba gestando, también tenía que ver con ella.Elizabeth Miller, ella era la responsable de tener su mente en otro lugar, en vez de enfocarse en lo que realmente debía. Por eso se sentía enfadado consigo mismo. Nunca antes había perdido la cabeza por una mujer y ahora eso estaba sucediendo, y encima por una desconocida. No había razón para que se sintiera así, pero era lo que estaba experimentando en ese momento.Después de un tiempo, pudo firmar lo que le faltaba y revisó los cálculos que habían hecho sus empleados respecto al nuevo proyecto. Debía enviar dos folios con toda la información al departamento de administración, así que decidió llamar a su secretaria, Melany, a través del interfono.Aunque era joven, solo tenía veintidós años, Tiziano consideraba que Melany era la más competente para ocupar el puesto de secretaria, ya que nunca había tenido ninguna queja sobre su trabajo. Era reconfortante saber que podía confiar en ella para cualquier tarea laboral.―Señor Fiorenmonti, estoy aquí como me solicitó. Estoy lista para cumplir sus órdenes―, informó Melany, acercándose respetuosamente al escritorio mientras esperaba recibir instrucciones.―Sí, necesito que lleves estos documentos al departamento de administración. Por favor, asegúrate de informar al encargado que, si hay algún problema o algún cálculo no cuadra, aunque lo dudo, me lo hagan saber de inmediato. No quiero que luego sea demasiado tarde para solucionar cualquier inconveniente que pueda surgir―, ordenó Tiziano. ―¿De acuerdo? No quiero que haya demoras ni contratiempos―.―Sí, no se preocupe, entiendo la importancia de este proyecto para usted. Aprovecho para preguntarle sobre el viaje que está programado para la próxima semana. ¿Debo acompañarlo o no es necesario?―, preguntó Melany, sin revelar su miedo a las alturas. Le daba vergüenza admitirlo ante su jefe.―Bueno, supongo que tienes mi itinerario y sabes que el viaje no se ha cancelado. Por supuesto que necesitaré tu compañía para tomar notas. No creo que pueda pedirle a otra persona que me acompañe, ya que tú eres la más apta para este trabajo. ¿Preguntas esto porque tienes algún problema con ello?―, preguntó Tiziano, curioso. Melany no supo cómo responder, ya que no quería expresar la verdadera razón detrás de su pregunta.―En realidad, solo quería asegurarme y mentalizarme. No, no tengo ningún problema―, respondió Melany, ocultando su verdadero temor.***Elizabeth, al día siguiente cuando su hermana se marchó a la secundaria, al rato recibió una llamada y para su sorpresa se trataba de uno de esos sitios con los que se puso en contacto hace algún tiempo. Era como si al fin habían sido escuchadas sus súplicas.—Sí, soy Elizabeth, ¿de verdad tengo el empleo? —quiso saber, muy emocionada.—Así es, hemos leído su currículum y lo encontramos interesante, por lo que decidimos darle el empleo.Era el trabajo de recepcionista en aquel hotel, por lo que se sintió bien al saberse contratada. Había leído muy buenas cosas de aquel lugar de parte de los empleados, sería una experiencia diferente y confiaba en que todo iría bien. No tenía la menor duda de que, a partir de ahora las cosas estaban mejorando.—Vale, muchas gracias por avisarme y estaré por allá el día que se me ha indicado y la hora. De verdad, agradezco demasiado que me hayan dado la oportunidad.—Descuide, le dejaré a través del correo toda la información que necesitas saber. Que pase un buen día.—Sí, igualmente.Cuando la llamada había terminado, no pudo evitar soltar un chillido de la emoción, como si fuera una cría. Nunca se había sentido tan bien como en ese momento, no tenía de qué preocuparse porque ahora volvía a ser una chica contratada. Se moría por darle la noticia a su hermana. Mientras tanto, no tardó en ponerse en contacto con Laura y contarle la buena noticia.Ella también se alegró mucho por ella y le deseó lo mejor.Lo que no sabía Elizabeth era que apenas sería el inicio de una pesadilla, que volvería a toparse con aquel CEO cretino.Su hermana sonrió.—¿Significa que definitivamente dejarás el restaurante en el que estabas trabajando? —Significa que ahora tendré un trabajo con una buena remuneración y no tendré que saturarme demasiado, así podré estar más tiempo contigo. Es algo bueno, porque siento que estar atrapada todos los días en un lugar hasta tarde me afecta mucho, el no poder pasar tanto tiempo contigo. ¿No crees que es una buena idea?—¿Quieres decir que soy una de las razones por las que decidiste buscar otro empleo? Aunque me parece genial, yo también siempre he querido pasar más tiempo contigo y así no tengo que estar sola aquí en el apartamento. Además, podemos hacer muchas otras cosas juntos, como ir al cine o al parque. Me divertí mucho la última vez que fuimos al cine —añadió.—Sí, también quiero disfrutar más de la vida y enfocarme menos en el trabajo. Lamentablemente, es importante que trabaje para poder tener lo necesario y para que tú continúes tus estudios.—Oye, estoy haciendo todo lo posi
Tiziano se había quedado en su oficina hasta tarde, trabajando en algunas tareas pendientes. Ni siquiera había almorzado porque no quería perder ni un solo minuto, en lugar de eso, terminando el tedioso trabajo frente a él. Era una persona que no le gustaba dejar las cosas incompletas, especialmente cuando se trataba del trabajo. El trabajo que estaban haciendo ahora era muy importante y todo tenía que salir perfecto. No podía permitirse ningún error, ya que se jugaba mucho dinero. Quizás por eso se había vuelto más absorto en ello de lo habitual.Estar ocupado todo el tiempo era una de las razones por las que no quería convertirse en padre ni siquiera en esposo. No tenía tiempo para juegos ni para esas cosas que eran importantes para otras personas. Para él, era solo un juego.Pero, obviamente, el magnate estaba equivocado. Se estaba perdiendo realmente disfrutar de la vida. En lugar de trabajar para vivir, estaba viviendo para trabajar y tarde o temprano se daría cuenta de las conse
A la mañana siguiente, la no tan pequeña Coral se levantó temprano como de costumbre para ir a la secundaria. No quería llegar ni un minuto tarde, por lo que siempre se esforzaba en levantarse incluso antes de que saliera el sol. Así tendría suficiente tiempo para arreglarse y comer la comida que su hermana, con tanto amor, le preparaba.Incluso prefirió la comida que su hermana le preparaba en lugar de lo que ofrecían en la cafetería. Lo que ella cocinaba todas las mañanas era insuperable.—Buenos días, Eli. Ya estoy lista para desayunar y luego irme a la secundaria. Así que no te preocupes por el bus esta vez.—Pero si siempre tomas el bus escolar sin problemas. Nunca has llegado tarde a la secundaria... ¿me equivoco?—Sí, pero eso es lo que me preocupa. No quisiera llegar tarde y tener justo la clase con el profesor gruñón. Afortunadamente, hoy no tengo clase con él.—Entiendo, realmente no te cae bien ese profesor.—Es insoportable con sus reglas estrictas. Ojalá fuera diferente y
Elizabeth finalmente había llegado al lugar donde obtendría más información sobre la oferta que le hizo el desconocido en el mercado. A medida que se acercaba al lujoso edificio, sentía cierto temor y suspense que la hacía caminar con inseguridad. Dentro del edificio, se sintió perdida y decidió acercarse a una joven para pedir indicaciones.—Hola, soy Elizabeth. He venido porque quedé en encontrarme con el señor... —saludó a la mujer, pero se dio cuenta de que había olvidado el nombre del hombre. Confundida, esperó a que la mujer hablara primero.—¿Estás buscando al señor Thomson? —preguntó la mujer.—No, en realidad recordé. Estoy buscando a Tony Benson —respondió Elizabeth.La expresión de la mujer cambió levemente al escuchar el nombre de Tony Benson, pero pronto lo olvidó y esperó a que Elizabeth confirmara que ella era la persona que buscaba a Benson.—Vale, así que eres tú —dijo la mujer en un tono más bajo. Elizabeth frunció el ceño confundida, pero luego asintió con la cabeza
Más allá de lo que había observado cuando entró al despacho por primera vez, notó más detalles dentro de aquella oficina amplia y masculina, no había duda de que el diseño iba con la personalidad de aquel hombre, aunque todavía no lo conocía del todo, pero a juzgar por lo que estaba mirando, era un hombre que prefería las tonalidades oscuras y bastantes masculinas. Como podía darse cuenta allí dentro. Aunque también tenía que admitir que era un diseño bastante llamativo y de esos que tenían un aura poderosa. En todo caso le parecía la elección muy acertada. Elizabeth no era muy paciente por lo que al tener más de quince minutos allí esperando por el regreso de Tony, comenzó a ponerse un poco desesperada e impaciente también. No tenía ni idea de la razón por su tardanza, pero no le quedó de otra que seguir esperando, puede que hubiera algún problema con la fotocopiadora o su secretaria estuviera ocupada en otras cuestiones, después de todo aquel mundo se veía bastante ajetreado y con
La verdad era que a Elizabeth también le hubiera gustado tener la oportunidad que su hermana tenía en ese momento, de estudiar tranquilamente en la secundaria. Aunque ella también pudo estudiar y cursar la secundaria de forma tranquila en aquel entonces, la idea de ir a la universidad parecía estar muy lejos de ella. Ahora tenía responsabilidades, pero cuando las cosas se complicaban y se volvían difíciles, pensaba en sus padres y sabía en lo más profundo de su corazón que estarían muy orgullosos de ella por todo lo que estaba haciendo por Coral, quien merecía una vida feliz.—Es pequeña. ¿Y le has contado a tu hermana sobre esto de la agencia de modelaje? ¿Alguien más lo sabe? —preguntó Tony.—Sí, de hecho, puse al tanto a varias personas importantes para mí para que me dieran consejo y así poder tomar una decisión acertada. Ahora siento que estoy haciendo lo correcto y quiero intentarlo. No hay nada que me detenga o que me haga cambiar de opinión —respondió Elizabeth, suspirando.—E
Por otro lado, el magnate italiano seguía sumergido en todas las revistas y artículos que hablaban terriblemente de él por el incidente que ocurrió en el club nocturno.No podía creer que las cosas hubieran terminado de esa manera. Lo que más le enfadaba era el incidente que surgió a raíz de las provocaciones de aquel individuo.Debería haber escuchado a su amigo Liam y no haber dejado que su enojo se descontrolara en ese momento. Pero no pudo contenerse. Además, era una persona impulsiva, no podía permitir que ese idiota siguiera diciendo tantas barbaridades sobre él. Esa era una de las razones por las que odiaba los compromisos. Definitivamente, no tenía planes de casarse ni formar una familia. Parecía que cada relación o aventura amorosa que tenía con una mujer le traía consecuencias, y eso fue lo que desencadenó la disputa en el antro.Liam, quien llegó con comida china, apareció de nuevo a su lado ofreciéndole una porción de lo que había traído.—Deja de pensar tanto en eso. Ya s
Entonces, existía la posibilidad de que su objetivo fuera venderla o incluso matarla. Solo pensar en todo eso le puso los pelos de punta y le rompió el corazón en pedacitos. No podía dejar de pensar en Laura y en su esposo, pero sobre todo en Coral y en lo que iba a vivir cuando ella se ausentara por más tiempo.Por supuesto, se iba a sentir demasiado preocupada y iba a sufrir demasiado. Era algo que Elizabeth había evitado toda su vida, desde la muerte de sus progenitores. Lamentablemente, ahora no había nada que hacer y se encontraba atada de brazos. Se sentía impotente otra vez y empezó a llorar.Era lo único que podía hacer, ya que se encontraba encerrada en este sitio sin salidas. La única puerta que había estaba fuertemente cerrada y asegurada. Aun así, con las ganas de salir de esa habitación, Elizabeth se puso de pie y caminó hasta la puerta. Intentó girar el pomo, pero como esperaba, no funcionó. Fue en vano. Estaba encerrada y eso le volvió a traer una dosis de desesperación