Por KellyMe acerqué a los dos cajones, estaban cerrados y uno al lado del otro.Tenía un nudo en la garganta, me sentía como aquella niña indefensa, cuando perdí a mi madre, un dolor profundo me invadió.No podía ni hablar.Quise pensar en cualquier cosa, pero la imagen de mi padre, abrazándome con sus cálidos brazos, se adueñó de mí.Luego de un largo rato, el maleducado, se acercó y se presentó.Lo miré con bronca, se acercó con la intención de decirme que estaba a cargo, supongo.Su aspecto era de cansancio, pero su ropa estaba impecable.Yo no me saqué los anteojos, porque mis ojos estaban rojos, por llorar y por el cansancio de manejar toda la noche.Por ese motivo lo pude observar mejor.Le dije quién era en cuanto estuve segura de no romper en llanto, él ya lo sabía.Quiso ser amable diciendo que lamentaba las circunstancias en que nos conocíamos.Ya nos conocíamos, yo nací en el campo, aunque está visto que para él, yo debía ser un cero a la izquierda, también lo había visto
Leer más