Tampoco tuve suerte con mis novios.
Soy una mujer hermosa y bastante llamativa.
Me visto llamativa, es lo único en lo que no parezco simple.
Eso y mi auto, si alguien ve mi auto, se da cuenta enseguida que no soy una simple chica que junta sus pesos para pagarse la carrera.
Tuve algunos novios, no demasiados.
Al menos, no de lo que se puede esperar de una chica que vive sola en la capital.
La mayoría de las veces que viajé por el mundo, lo hice con mi padre, por lo que tampoco usé esos viajes para conocer gente, o tal vez es que no se dio que conociera a nadie.
Mi último novio, ese que me sacó el aliento apenas lo vi, era el primo de una chica de mi grupo, habíamos ido a bailar y allí estaba él.
Pensé que podría ser un gran amor.
Todavía no sé por qué, pero le oculté, casi adrede, mi situación económica y hoy le doy gracias a dios que así lo hice.
Ese día, me pasó a buscar una amiga y no llevé mi auto, tampoco tenía sentido que cada una vaya en su propio auto.
Al salir de la disco, me preguntó cómo me movilizaba y le dije que había ido en el auto de una amiga.
No le di más explicaciones.
Me llevó a mi casa en su auto y la próxima vez que nos vimos me pasó a buscar.
Comenzamos una relación.
El lugar en donde yo vivía, era de las zonas de más alto nivel socio económico de la capital, pero eso no quería decir mucho.
Todo parecía funcionar, pero él me hacía preguntas incómodas, quería saber de qué trabajaba mi papá y hasta me preguntó si teníamos personal de servicio.
Me cayó bastante mal esa pregunta.
Mi venda se iba cayendo.
El tema es que el muchacho me encantaba, pero no estaba segura de lo que vendría con él en un futuro.
Quiso conocer mi casa, se me ocurrió decirle a Carmen, que se hiciera pasar por mi tía, le dije que iba a ir con un chico y no le quería decir que vivía sola.
No tuvo problema en cubrirme, le encantó mi idea.
Fernando miraba mi casa, como estudiándola.
Luego de ese día no volvió a casa, él era un abogado recién recibido.
Hacía tres meses que salía con él y ya no me gustaba tanto, a veces era bastante frío conmigo, hasta que descubrí que había comenzado una relación con una chica que también estaba en mi grupo de amigos.
Ella, al revés que yo, vivía haciendo gala de su situación económica y creo que no tenía ni un 1 % de lo que poseía yo.
Corté con esa relación, estoy segura que Fernando era interesado y que comenzó a salir con ella, porque pretendía tener un matrimonio en el que su esposa aportara un dinero que él no tenía.
Fernando y su nueva novia, estaban saliendo de un bar, donde solíamos encontrarnos con nuestro grupo de amigos, cuando me vieron bajar de mi auto, en ese momento, yo tenía un Mercedes.
Se acercaron los dos, ella quería refregarme que estaba saliendo con mi ex novio.
Yo les sonreí.
-¿Y ese auto?
Me pregunta Fernando, sin disimular.
-Es mío.
-No te lo conocía, ¿Es nuevo?
-No, ya tiene dos años, en cuanto llegué el que pedí, este lo dejo en la agencia, mi papá me cambia de modelo cada dos años.
Se lo dije a propósito, me molesta la gente interesada.
-¿Qué auto te compró tu papá?
Me pregunta la chica, con cierta envidia.
-Ya lo van a ver, es una sorpresa.
Me alejé riendo.
Cuando 20 días después, me los cruzo en el mismo lugar, yo me estaba bajando de mi adorada Ferrari roja.
Los ojos de Fernando parecían salirse de las órbitas.
Yo seguí de largo.
No me equivoqué al creerlo interesado, en la semana me llamó diciendo que se equivocó, que me extrañaba y que no podía vivir sin mí, que podíamos intentar algo, yéndonos de vacaciones juntos.
-Lo lamento, las vacaciones las programo siempre junto a mi padre.
-Los puedo alcanzar…
-No creo, me gusta bastante el frío por lo que vamos a esquiar a Suiza.
-Prefiero el calor…a la vuelta hablamos.
Corté sin decirle nada más.
Me saqué de encima a un interesado, solo por no hacer alarde de mi dinero.
Después de Fernando, no encontré a ningún chico que me gustase y supongo que él no me gustaba tanto, aunque apenas lo vi me había encantado, pero ni siquiera me dolía cuando lo veía con otra chica.
Tampoco me desespera tener novio.
Carolina me dice que estoy muy sola, puede ser que tenga razón, pero por el momento, no necesita a nadie más.
Es verdad que estaba melancólica y sufría por la muerte de mi padre, más de lo que podrían pensar quienes me rodeaban, pero lo que ahora me tenía muy mal, era que, sin conocerme, ni saber lo que quería, mi padre se la arregló para despojarme de mis sueños.
Llegó el día en que se leía el testamento.
Fui con mi hermosa Ferrari, es verdad que era un auto para ciudad, pero no pensaba prescindir de él durante el viaje.
El abogado me ofreció mandarme un chofer.
No me volvió a ofrecer un helicóptero.
¿Acaso pensaban que yo no sabía llegar?
Por la noche me alojé en el hotel en donde lo había hecho la vez anterior.
Me vestí cuidadosamente, me puse un traje rojo, de pollera y chaqueta sin mangas, abotonado hasta el inicio de mi pecho, no mostraba demasiado, pero se veía realmente sexi.
Me lo había comprado en Francia, en el último viaje que hice con mi padre.
Mi atuendo lo completé con unas sandalias de taco alto, color negras y cartera haciendo juego.
En el baúl de mi auto tenía una valija con bastante ropa, no sabía si iba a estar algunos días allí o si ese mismo día me iban a despojar de lo que más quería en mi vida, que eran esas tierras que me vieron crecer, donde pasé mi primera infancia yfui realmente feliz con mis padres junto a mí.
Llegué al campo, la entrada estaba distinta, se abrió en cuanto me acerqué, parecía que un lector me había leído la patente.
El camino hacía la casa, también era distinto, era una calle, ancha, en la que cabían 4 autos unos al lado del otro.
Bajé la ventanilla.
El olor de los árboles me invadió los sentidos.
Miles de recuerdos llegaron a mi mente.
Bajé la velocidad para disfrutar el momento, no sabía si iba a tener la oportunidad de
volver a hacer ese camino.
Suponía que no.
Traté de reponerme, no quería llegar y que me vieran en un estado frágil, ni siquiera quería que esos extraños y sobre todo Rodolfo, sepan lo emocionada que estaba por estar allí.
Para él era algo normal, vivía allí.
El odio hacia ese hombre me invadió.
Él se iba a quedar con lo que era mío, con lo que me pertenecía.
Estacioné el auto al lado de varias camionetas y de otros autos.
¿Había tantas personas o tenían tantos vehículos disponibles en el campo?
Nuevamente me sentí dejada de lado.
Yo estaba feliz con mi Ferrari y resulta que Rodolfo tiene disponible para él, infinidad de vehículos.
Me sentí estafada, engañada.
A él le daban miles de cosas más que a mí y hasta donde yo sabía, mi padre y Romeo Orellana Coutol, eran socios en partes iguales.
Con una sensibilidad a flor de piel, que iba a esconder a cualquier precio, entré a la casa.
Lo hice por la puerta principal.
La casa tenía cuatro entradas, la principal y una en cada lateral, que correspondía a distintas alas de la casa.
También estaba la entrada de la parte de atrás.
Entré a un gran hall, no era como lo recordaba, es evidente que hicieron algunas reformas.
Me quedé unos segundos observando todo, al menos las arcadas que daban a cada ala, seguían estando.
El piso era distinto.
-Bienvenida señorita Kelly.
Me dijo de repente una mucama, no supe en qué momento entró, se nota que me distraje demasiado observando todo.
Tengo que prestar más atención.
-Acompañeme, por favor.
Dice como si yo fuera una extraña y creo que, al menos hasta ese momento, todavía era mi casa.
Yo tenía puestos mis anteojos, me ayudaban a esconder mis emociones, aunque eran de sol y era ridículo que los tuviera dentro de la casa.
Se dirige al ala correspondiente a Romeo, o en este caso a Rodolfo, su hijo.
Entramos a un salón y luego, doblando el pasillo, llegamos a una oficina, era amplia, se parecía a la que estaba del lado en donde vivía yo.
Me doy cuenta que son como dos casas, unidas y hechas en espejo, vendrían a ser como esos duplex modernos.
De chiquita nunca le había prestado atención a ese detalle.
Sentí cuatro miradas en mí.
Supongo que los tres hombres que no conocía, serían los abogados, el otro era Rodolfo Orellana Coutol.
Se pararon los cuatro.
Rodolfo aparenta ser un caballero.
-Buenos días.
Digo yo, al entrar.
-Buenos días señorita Kelly.
Dice una voz que identifiqué como el abogado que siempre habla por teléfono conmigo.
Los otros dos hombres se presentaron, uno era un escribano y otro señor, el más joven, era el contador.
-Buenos días Kelly.
Me dice Rodolfo, recorriéndome con la mirada, pero sin extender la mano.
Los tres señores que eran del equipo de bufete de abogados, sí me saludaron dándome la mano.
Ok, su educación tiene límites.
Yo tampoco se la extendí a él.
Se distribuyeron, sentándose alrededor de una mesa, mediana y ovalada, esa mesa sí la recordaba, se acomodaron de forma tal que Rodolfo y yo quedamos sentados uno al lado del otro.
Me saqué los anteojos, porque ya no tenía sentido tenerlos puestos y ya estaba recuperada de la impresión que sentí al entrar a esa casa.
Al menos creí que estaba recuperada.
Comenzamos a escuchar la lectura del testamento.
Ellos hablaban de las cláusulas, que la señorita Kelly Muller y el señor Rodolfo Orellana Coutol deben cumplir para poder acceder al 100% de la herencia.
Ambos nos miramos, con desconcierto y con muchas dudas.
Sentí sus ojos grises verdosos, clavados en los míos.
Ya no tenía la seguridad de la cual hizo gala cuando entré, pero sentí que sus ojos buscaban dentro mío, eso me puso nerviosa, no entiendo porque sus ojos me miraban así.
Su mirada era profunda, punzante.
Me sentí tan incómoda que desvié la mirada.
Por KellyEl contador comenzó a enumerar todas las empresas de las que éramos dueños.Yo estaba asombrada, había marcas muy conocidas que yo no sabía que esas empresas me pertenecían.El campo era mucho más grande de lo que pensaba, o a lo mejor fueron comprando campos vecinos.Nuevamente me sentí destituida.El escribano estaba allí para dar fé sobre la veracidad de las cláusulas que los difuntos habían dispuesto.-Llegó la hora, tengo dos cartas, una para cada uno de ustedes, escritas de puño y letra por sus respectivos padres y también el listado de sus deberes para acceder a la herencia.Me moví inquieta en mi silla.-Si primero la quieren leer en silencio, no hay problema, luego las tengo que leer en voz alta para que el otro sepa, con seguridad, a qué atenerse.-Es una locura, parece una amenaza.Digo yo bastante enojada, están dando varias vueltas, cuando todo tendría que ser más simple.-Prefiero leerla para mí.-Yo también.Dijo el señorito desagradable.Me extendieron la car
Por RodolfoEstábamos esperando a que llegara Kelly.Ya era la hora estipulada y ella no llegaba.Lo debe estar haciendo a propósito, porque supongo que un chofer la debe traer.Suena un aviso en mi teléfono que un auto cuya patente está autorizada, estaba entrando al campo.Calculé que estaría en 15 o 20 minutos.El camino dentro de nuestro campo es rápido, hace ya unos cuantos años que decidí modificar el camino, para tener rápido acceso a la salida, en el caso en que tengamos que salir rápidamente.Me asombré cuando vi por la cámara de mi celular, que estaba Kelly al volante.¿Acaso no tenía chofer? ¿Por qué manejaría tantas horas?¿El abogado no le ofreció traerla?Dejé de prestarle atención al celular, el contador me estaba dando un informe sobre una de las empresas, la planta estaba en el pueblo continuó, allí empleamos cerca de 300 personas.Realmente es mucho el trabajo que yo hago.Debo admitir que tengo colaboradores excelentes, sino, no podría controlar todas las empresas q
Por RodolfoEstaba anonadado.No me salían las palabras.Siento que me sacaron hasta la dignidad.¿Casarme?Tiene razón Kelly, su padre estaba loco y el mío también.Debe haber alguna forma, alguna trampa, algo, que me libre de estar al lado de esta mujer.Ella es detestable.Es engreída y la desprecio.-¿Esto lo organizaste vos?Me pregunta de repente.-¿Estás loca?¿Por qué me acusa a mí?¿Acaso piensa que todo el mundo se desespera por estar con ella?Es detestable, engreída y estúpida.No la soporto, definitivamente algo se va a poder hacer para cambiar la situación.-Esto es una mierda.Dijo de repente.Ella también me desprecia y debe despreciar el campo.El abogado le llama la atención, ella ya se quería ir.Entiendo que no es el momento para que se vaya, tenemos que hablar, sin los abogados presentes, llegar a un acuerdo y luego, cada cual hace la suya, algo se tiene que poder hacer.Algo legal, por supuesto... o no tanto, pero si nos ponemos de acuerdo, va a ser más fácil.En
Por RodolfoMe acerqué a la impresora y saqué las dos copias del testamento que imprimí, me lo habían mandado a mi correo electrónico.Le entregué un juego de copias a ella.-Dejame estudiar bien los papeles, algo se debe poder hacer, alguna falla tiene que haber para anular esto.-Hacelo, el miércoles, cuando salga de rendir, veo a un amigo que es abogado.-Acordate que nos exigieron discreción.-Quedate tranquilo, aunque creas que soy estúpida, no lo soy.-Vos sos el que me llamaste estúpido.-Pero vos pensás eso de mí.Me callé la boca, dándole la razón.-Al parecer tengo que estar prisionera hasta el lunes, pensaba pasar todo el fin de semana estudiando y no tengo ni un solo libro, me voy a la que era mi habitación, si es que está disponible.-Supongo, no lo sé.Digo con indiferencia.-No entiendo qué estaban pensando.Me dice ella.-Estaban pensando que sos una inocente niña a la que tengo que proteger.-No soy una niña y no necesito que me protejas.-Se nota.Le digo sin pensar.
Por RodolfoAlmorcé en la empresa, había temas que solucionar, tenía frente a mi, al director de una de las empresas.-Estás de mal humor.Me dice Gastón, el director general de todas las empresas, él estaba a un costado, sentado en el sillón, era mi mejor amigo y todavía no le conté nada.Nos pidieron que seamos discretos, pero eso no significa que él no lo pueda saber, no firmamos ningún documento de no divulgación.Yo ignoré sus palabras.Él no tuvo ningún problema.Despedí de mi oficina a los dos directores y nos quedamos a solas con Gastón.-¿Qué mierda te pasa?Me pregunta.-Es largo de contar, pero en casa, está la hija de Mateo, va a vivir un tiempo acá en el campo, y te juro que es insoportable.-¿La del Ferrari?Lo miré asombrado, no sé cómo sabe que tiene ese auto.-El día del velorio... Me aclara.Cierto.-Sí, la detesto.-No debe ser para tanto.-Lo es, mierda, me está esperando, tengo que ponerla al tanto de las empresas.-Es lo lógico.-Sí.Le reconocí de mala manera.
Por KellyEstoy abrumada, nada sucedió como pensaba.Mi padre estaba loco.Romeo también lo estaba.Con alguna cláusula de no vender ya hubiese estado bien.Hasta peligró mi carrera universitaria.Me encanta el campo, pero eso de no poder salir, hace que me sienta presa.Lo peor es casarme con Rodolfo.Nos caemos mal.Es verdad que mis planes eran instalarme en el campo, pero con libertad.¿Cómo voy a tener hijos con Rodolfo?Eso es una locura total.Me estoy volviendo loca.Cuando vaya a rendir las dos materias que me faltan, voy a hablar con otros abogados.Mientras tanto, releo los documentos y no encuentro ninguna falla, parece un plan maquiavélico.Encima tengo que cenar todas las noches con él.El comedor es inmenso, es para 40 comensales, tal vez más.Prefiero cenar en un lugar más chico, menos frío.Para colmo de males, tenemos que pasar dos horas por día compartiendo actividades.Al menos eso me va a servir para que me entere sobre las empresas que poseo y como funcionan.La
Por KellyPor la tarde me encontré con mi amiga Carolina.Le conté que por algunas cláusulas del testamento, me tenía que instalar en el campo por unos meses.-Te puedo visitar.Me hizo feliz su oferta.Nos abocamos a estudiar para el examen del próximo día.Por suerte rendí bien.Me quedaba un último examen y era doctora veterinaria, mi tesis la había presentado sobre animales equinos.Amaba los caballos.Siempre les presté mucha atención a las materias sobre los animales campestres y de granja.De pronto se cayó la realidad sobre mi cabeza.No tenía con quién compartir mi logro más importante.Nadie iba a estar orgulloso de mí.Nuevamente estaba llorando.Soy una pobre mujer rica.Me reuní con mi amigo y su padre en el bufete de abogados, no encontraban nada que se pudiera prestar a confusión y torcer un poco mi destino.Les pregunté mil veces las mismas cosas.Llegué más desanimada al departamento.-Kelly, a lo mejor no es tan malo lo que decidió tu padre... sería mucho peor tener
Por RodolfoLa vi llegar, en su Ferrari roja, no sabía porque venía con las mucamas en su auto.Debe ser para que la atiendan por el camino.No quise pensar que estaba en el parque, cerca de la casa, por la ansiedad que tenía por verla.Es que era aburrido no molestarla.Un peón le abrió la puerta y la ayudó a bajar del auto y para mi asombro, ella pegó la vuelta y ayudó a bajar a una de las mucamas y luego a la otra.No entiendo que sucede.Cuando me vio, sin un ¨hola¨, me presentó a sus mucamas, las nombró con cierto cariño.No sé porqué, pero quise atormentarla y le pregunté si tenía esclavas, porque en un momento dijo que eran de ella.Supe a qué se refería y vi como las trataba, era evidente que les tenía cariño y respeto, sino, no las hubiera ayudado a bajar del auto.Su trato con el personal de acá, era distinto.Era más distante y muchas veces hasta grosero.Me llamó idiota y se alejó.Yo me reí en su cara.Cuando llegué al comedor, ella ya estaba allí.Tenía una remera brillo