—No nos perdiste, Liam —le aclaro sin dejar de sostener su mano—, tal vez no era nuestro tiempo de estar juntos, como bien me dijo tu abuelo, ambos necesitábamos madurar y sanar, pero alejados para darnos cuenta de sí en verdad podemos funcionar como una pareja.»Yo no sé lo que es sufrir por una infidelidad, por lo que no puedo comprender el dolor por el que pasaste, pero espero puedas perdonarme por no ser sincera contigo sobre mi pasado y que hayas sufrido al pensar que alguna vez te fui infiel —le pido bajando la mirada.—¿Cómo puedes pedirme perdón cuando yo te lastimé de esa forma y no fui capaz de confiar en ti, sin mencionar que nunca me traicionaste? —me cuestiona, sosteniendo mi cara entre sus manos y obligándome a mirarlo—. Entiendo que no hayas podido confiar en mí cuando nuestro matrimonio no empezó con el pie derecho como muchos otros —cuando ve que estoy por interrumpirlo, cubre mi boca con su dedo y me obliga a guardar silencio—. Si te hace sentir mejor, te perdono, pe
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