Trato de no pensar, en el peso que traen sus palabras, joder... No puedo negar que me gusta lo que dijo.Tomó su rostro en mis manos, no pienso responder, dejó un beso en su frente y la apegó a mí.—Duerme, pequeña..., no sabes lo que dices. Eres muy joven y yo, soy un hombre mayor y sé que en estos momentos, no eres consciente de lo que dices.— No me trates como una niña, si sé, lo que digo. Te quiero a ti, solo quiero que me digas, ¿si estás dispuesto a quererme de la misma manera?No respondo, miro fijamente el techo y ella se voltea.—Buenas noches, Samuel.Samuel, Samuel..., está molesta lo sé, ella es tan niña y no sabe todo lo que eso traerá. La quiero, la deseó como un desquiciado, pero no puedo, es mi hermana. La giro la apego a mí, pasando mis brazos por su cuerpo. Nada más así dormirá a mi lado, se mantiene tensa, sin embargo, después se relaja y me abraza con ternura.Soy un maldito indeciso.•Sara•Ya había amanecido, Sam no se encontraba a mi lado. Anoche me dolió que
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