Trato de no pensar, en el peso que traen sus palabras, joder... No puedo negar que me gusta lo que dijo.Tomó su rostro en mis manos, no pienso responder, dejó un beso en su frente y la apegó a mí.—Duerme, pequeña..., no sabes lo que dices. Eres muy joven y yo, soy un hombre mayor y sé que en estos momentos, no eres consciente de lo que dices.— No me trates como una niña, si sé, lo que digo. Te quiero a ti, solo quiero que me digas, ¿si estás dispuesto a quererme de la misma manera?No respondo, miro fijamente el techo y ella se voltea.—Buenas noches, Samuel.Samuel, Samuel..., está molesta lo sé, ella es tan niña y no sabe todo lo que eso traerá. La quiero, la deseó como un desquiciado, pero no puedo, es mi hermana. La giro la apego a mí, pasando mis brazos por su cuerpo. Nada más así dormirá a mi lado, se mantiene tensa, sin embargo, después se relaja y me abraza con ternura.Soy un maldito indeciso.•Sara•Ya había amanecido, Sam no se encontraba a mi lado. Anoche me dolió que
Salimos de la casa y todos están sentados hablando. Zac está de pie. Bryan y Patri sentados uno al lado del otro. Tía Greta, está junto a tío Manuel. Y mis ojos caen en Samuel, la tal zachariaa esa o como se llame. Está sentada al lado de él, con un traje de baño enterizo y está de risitas con Sam.—¡Si esto es el cielo! ¡Qué rico es haber muerto! —exclama Zac acercándose a mí y deja un beso muy largo en mi mejilla.Los ojos de Samuel están que me desintegran con la mirada los tiene lleno de ira. Su mandíbula está tensa, sus manos hechas un puño.—Emm. Hola, Zac —lo saludo tratando de no mirar a Samuel, su piel bronceada se ve hermosa y tiene algunos vellos rubios en su pecho.—Niña, ven aquí —me acerco a Bryan. Este me toma de la mano y me gira—. Dios, qué hermosa estás, Sara.Me sonrojo y en ese momento Samuel me jala de una mano. Me sienta en su regazo.¡Dios mío...! Siento la mirada de Zachary que se levanta incómoda. No sé dónde esconderme, tío Manuel carraspeó e intercambió mira
•Sara• Caminamos de regreso a la playa. Dios..., mis mejillas están como un, tómate. Tengo las piernas que parecen unos espaguetis hervidos. Sentir a Sam, comiéndose de esa manera mi intimidad, me subió al mismo cielo. Maikol tenía razón y lo amó por eso. Sin su ayuda, Sam estaría aún debatiendo si aceptar o no lo que siente. Al llegar todos están hablando y mi adonis se acerca: —Me lo debes contar todo, todito —murmura en mi oído. —Yo-yo, no tengo nada que decir— titubeó y miró a otro lado Sam se acerca y me pasa su brazo por los hombros. —Deja de joderla, hermano —Maikol, abre su boca. —¡OMG! La joderé todo lo que quiera rey —suelta a reír—, tú muy bien que la jodiste allá adentro. —¡Adoniiiss!—suelto grito de vergüenza. Lo matooo. En eso, Bryan se acerca, junto a Patricia. —Sara, tu hermoso primo, se ofreció a llevarme —Comenta, apartándose su colorido cabello de la cara. — ¡Oh, qué servicial! —ironizó, Sam, mira a Patricia—. Yo te traje, yo te llevo —espeta. Bryan, to
En sus labios se desliza una sonrisa que me derrite. La levantó y colocó sus piernas a cada lado de mi cintura.—¿Estás lista?—le pregunto viéndola fijamente a sus ojos.—Siempre lo estuve, Sam...Camino con ella en brazos hasta mi habitación. Devoró su boca en todo momento, es fácil cuando ya conoces el camino. Entramos y la dejó sobre la cama, me deshago de mi camisa y vuelvo a explorar su boca, me encantan sus labios, recorro con mis manos su cuerpo y tiró de su falda, comienzo a besar su cuello.Moría por esto, me negué a este deseo muchas veces, pero, ya no puedo más, la deseó quiero todo de Sara. —Sam... —Dime, cariño ¿Quieres que pare?—No..., yo quiero bañarme primero —musita penosamente y sonrió por su timidez. —¿Quieres que lo haga yo?—solté con picardía mientras desato la parte de arriba de su traje de baño—. Yo, no sé. Bueno, si tú quieres hacerlo, Sam.—Sí, claro que quiero. Pero eso será después que terminemos.Devoró su boca nuevamente dándole una pequeña mordida en
Me despierto sintiendo un pequeño dolor agudo. No puedo creer que Sam y yo estuvimos juntos. Bajo la mirada tengo mis bragas de, Dora la exploradora y una camisa puesta, me ha vestido..., no está en su lado de la cama, trato de levantarme y es doloroso. ¡Mierdaaa! ¿Será siempre eso así? Cuando de repente escucho su voz ronca.—Te duele mucho, cariño—se acerca, se sienta en la cama, me lleva entre sus brazos —Algo, Sam—deja un beso en mi cabeza y esconde su cara en mi cuello.—Soy el hombre más feliz, sabes. Aunque sea un completo pervertido.Escucho como suspira, sé que no es fácil para él, siento tan correcto.—Yo también lo estoy, Sam. Y, no digas que eres un pervertido, por qué no es de esta forma —trazo círculos en su brazo que pasa por mi cintura —, solamente nos amamos, no es nuestra culpa haber sido hermanos.—Eso, lo sé. Cariño. Pero, joder, sabes lo repugnante que se vería esto para otros.¡Repugnante, Sam! Después de lo que pasó, eso es lo que piensas.—¿¡Para ti, también!?
•Sara•Creo que la felicidad no me cabe en el pecho. Siento que late muy fuerte cada vez más, y quiero que las horas pasen rápido para volver a estar con Samuel. Tiene sus obligaciones en la editorial y yo mis deberes, pero a veces llega muy tarde. Hoy no irá a trabajar, lo hará desde casa, me coloca un vestido sin bragas, por supuesto y bajo hacerle un café. Llegó a su despacho y doy algunos toques. Cruzo mis piernas, de la tensión que siento en mi parte baja. Escucho un" pasa" deja los papeles y se inclina en su silla, sonriendo de lado.—Eres tonta, nunca habías tocado y ahora lo haces — palmea su pierna.¡Sí, sí, sí!—Bueno, siempre hay una primera vez, Sam — caminó hacia él —, te traje café.Frunce sus cejas y mira el café que no tiene buen color.—No sabes hacer café, cariño.Hago una mueca y él ríe, con ganas.—Prueba y dime qué tal — dejó la bandeja en el escritorio y le ofrezco el café.Lo sostiene en su mano y lo deja en la mesa.— Quiero otra cosa — su voz vibrante me hac
Estamos esperando a Maikol, me coloqué un vestido ceñido al cuerpo de color rosa, con un escote en la parte trasera dejando toda mi espalda descubierta, me encantan estos tipos de vestidos y por supuesto mis plataformas doradas.Sam, lleva un pantalón de vestir negro y una camisa color vino, más su saco, se ve muy imponente, a veces, siento que él hace el traje y no el traje a él, Sam tiene todo lo que hombre quisiera, dinero, belleza y un jodido ego. Él dice que no es así, pero, si lo es.Nota que lo observó y me tomó de la cintura, pegando mi cuerpo al de él. Su mano acaricia mi espalda descubierta y su cara se oculta en mi cuello.—Estás hermosa.—Tú tampoco estás nada mal —Siento su pecho vibrar, sé que está riendo.—Te quiero, Sara—murmura, y deja un beso en mi sien—, no lo dudes nunca.•Samuel•Siento tanto miedo de perderla que ya no sé, lo que digo. Zachary me ha llamado como una loca, no he querido agarrar sus llamadas. Solamente quiero estar con Sara, no la dejaré por nada,
En el momento que Sara se desmaya, todo en Samuel se desmorona, corre a su lado. Solo piensa en el maldito daño que le acaba de causar, él no quería herirla, por eso mintió. Sin embargo, jamás pensó que Zachary quedaría embarazada.—¡Sara! — grita llegando a su lado.Maikol se acerca rápidamente y lo empuja con fuerza.—¡Aléjate, Samuel...! ¡Aléjate!—¡No! ¡Déjame ver qué tiene! Es mi jodida hermana.En esos segundos Zac pasa por su lado y toma a Zachary del brazo.—Ya deja de llorar, ya todo acabó y muévete a la casa de los señores Cruz — le ordena Zac, con un gruñido.—Zac... El nombrado le toma con más fuerza el brazo y la hace caminar, para que se vaya.—Muévete, Zachary.Todos siguen alrededor de Sara, Maikol toma sus pulsaciones, están bajas.—Vámonos a la clínica más cercana, pero ¡ya!—Joder... ¿Qué pasa Maikol? — Samuel, me tiembla la voz. Sara está pálida en los brazos de Bryan.—A mí, no me hables. Cabrón — espetó entre dientes, Maikol y Samuel se siente el hombre más miser