—Entonces el idiota dijo “No puedes ser la Luna” ¡Ja!— Dije subida a una mesa mientras les relataba a todos sobre mis horribles últimos días.—¡Dime que le diste una patada en las bolas! — Dijo un lobo mayor con aspecto de obrero.—Desgraciadamente no lo pensé. — Dije mirando al techo. — Tal vez deba regresar y hacerlo solo por diversión.¿Cómo llegamos a este punto? Bueno, por alguna razón algunos guardias nos quisieron detener en cuanto entramos a la taberna. Como Savanah y yo no estábamos de humor, simplemente los despachamos y arrojamos sus culos al lodo.Al parecer, Maurice el dueño de la taberna, había estado teniendo problemas con algunos guardias que le demandaban monedas de oro a cambio de protección para su honesto local. Creí haber visto algunos hombres escabullirse por la puerta trasera en cuanto llegaron los guardias, pero ¿Qué sabía yo? Tal vez eran buenos lobos que querían tomar una comida caliente al final del día y los idiotas habían venido a interrumpir su diversión.
Leer más